Este recorte se sumará al ya aplicado para el presente ejercicio y que ya significó la reducción de un 13,7 por ciento.
Esta nueva reducción supondría entre 300 y 346 millones de euros menos respecto al Presupuesto de 2012, que ya experimentó un recorte de otros 365 millones de euros.
Así, el recorte en sanidad estará un poco por encima de la media del aplicado al conjunto de los ministerios, que se situará en el entorno del 12 por ciento, según se anunció en la presentación del cuadro macroeconómico.
Las nuevas reformas que pretende realizar la ministra Ana Mato sobre el sistema sanitario español podrían llevar a que determinadas pruebas que salvan vidas dejen de ser gratuitas, como las mamografías. Este hecho es alarmante si se tiene en cuenta que en España cada año se diagnostican 22.000 casos de cáncer de mama.
El inminente recorte en prestaciones anunciado por el Ministerio, que implicará repagar servicios actualmente de acceso gratuito, además de golpear especialmente a los más desfavorecidos, conseguirá aumentar el número de seguros médicos privados.
La sanidad española dejó de ser universal desde que se publicó en abril un real decreto, gestado en las esferas de índole económica del Gobierno, que degrada el hasta ahora Sistema Nacional de Salud a uno de Seguridad Social, un retroceso que lleva a la época previa a la Ley General de Sanidad de 1986.
La diferencia es la siguiente: Mientras el primero se financia por impuestos generales y da cobertura a todos los ciudadanos, el segundo lo hace por cuotas de los trabajadores que revierten fundamentalmente en ellos. La mayoría de los mejores sistemas sanitarios, como los de los países nórdicos, Reino Unido, Italia, o hasta hace poco España, se configuran como Sistemas Nacionales de Salud, sistemas sólidos que tienen en común la dificultad que tiene la iniciativa privada para penetrar en ellos, al menos inicialmente.