“Fiscalizar significa garantizar el riguroso cumplimiento de lo que fue contratado y pagado. Solo así el consumidor tendrá sus derechos respetados”, apuntó Rousseff en su habitual programa radial de los lunes Café con la presidenta al comentar la decisión oficial de verificar el servicio de banda larga en el país.
La mandataria resaltó la importancia de ese servicio para el futuro del país, ya que -indicó- enlaza a las personas al mundo, mejora el aprendizaje de los estudiantes, facilita el acceso a los servicios públicos, ayuda a las personas a encontrar empleo, noticias, hacer amigos y hablar con los familiares.
Por eso, sostuvo, es tan importante que el gobierno esté presente y por medio de la Anatel, asegure la calidad del servicio de internet que se ofrece en el país. Precisó que la evaluación y medición de la velocidad de conexión será comprobada por consumidores voluntarios con equipos suministrados por la entidad estatal.
La presidenta señaló que Brasil tiene hoy 78 millones de conexiones a banda larga, de las cuales 59 millones son a internet móvil, vía celulares y computadoras portátiles, mientras las otras 19 millones de conexiones son fijas. Eso demuestra un aumento del servicio, pero que necesita crecer más y mejorar mucho más.
Tras referir que muchos consumidores se quejan de la velocidad y la estabilidad de las conexiones, Rousseff dijo que se constató que en muchas ocasiones esa persona solo recibía el 10 por ciento de la velocidad contratada. El objetivo del gobierno entonces es cobrar de las empresas el cumplimiento de lo establecido.
En otro momento de su programa, la mandataria adelantó que con el Plan Nacional de Banda Larga, el gobierno hace su parte para llevar internet rápida y con precio accesible a las familias, y ejemplificó que en 2011 ese servicio estatal llegó a seis millones de hogares.