
Baird indicó que “las relaciones diplomáticas entre Canadá e Irán fueron suspendidas. Todo el personal diplomático canadiense dejó Irán y los diplomáticos en Ottawa (capital) recibieron la orden de abandonar el país en un plazo de cinco días”.
Sin embargo, el canciller no especificó cuántos funcionarios iraníes tenían que abandonar Canadá.
“Canadá ya no puede mantener su presencia diplomática en Irán. Nuestros diplomáticos sirven a Canadá en calidad de civiles y su seguridad es nuestra principal prioridad (…) Advierte a todos sus ciudadanos que se abstengan de viajar a Irán por cualquier motivo”, precisó.
Agregó que la postura de Canadá con el Gobierno iraní es conocida, porque Ottawa considera a Teherán como la principal amenaza para la paz y la seguridad mundial.
El programa nuclear de Irán ha causado inquietud en el mundo occidental. Estados Unidos y sus aliados dudan que las intenciones tengan carácter pacífico y consideran que el Gobierno iraní está desarrollando una bomba atómica.
Entre tanto, Teherán ha sostenido que su programa sólo tiene propósitos pacíficos y civiles de generación de energía y medicinal.
Pese a las críticas contra Irán, Estados Unidos ha desarrollado armas nucleares y es el único país hecho uso de estás contra la población civil, así como se ha negado a firmar algún protocolo de desarme. Mientras que Israel no ha firmado el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares ni ha permitido que la Agencia Internacional de Energía Atómica inspeccione sus plantas nucleares.