Autor: Ammy Goodman/Democracy Now!
06/08/12.-El fundador de WikiLeaks Julian Assange participó el 2 de julio en un inusual debate moderado por la presentadora de Democracy Now!, Amy Goodman, con el filósofo esloveno Slavoj Žižek , en Londres.
Assange cumple arresto domiciliario en Norfolk, localidad ubicada en las afueras de Londres, a la espera de una audiencia judicial que se realizará el 12 de julio, en la que se apelará la extradición a Suecia, donde se lo requiere para ser interrogado con relación a un supuesto caso de abuso sexual. Assange no está acusado de ningún delito en ningún país.
En este extracto del debate del sábado, Žižek y Assange responden a quienes dicen que Assange debe ser juzgado en Estados Unidos según la Ley de Espionaje de 1917 y que WikiLeaks debe ser clausurado. «En realidad, siempre hay que ver la censura como una señal muy positiva, y los intentos de censura como una señal de que la sociedad aún no está completamente controlada, ni totalmente fiscalizada, sino que todavía conserva una dimensión política. Es decir, lo que la gente piensa, cree y siente y las palabras que escucha importan de verdad «, dice Assange.
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, DemocracyNow.org, el Informe de Guerra y Paz. Soy Amy Goodman.
Este fin de semana, Democracy Now! estuvo en Londres en una reunión inusual: alrededor de 1.800 personas se reunieron en un viejo teatro de la zona East End de Londres para escuchar un debate poco común entre el editor en jefe de WikiLeaks, Julian Assange, y el renombrado filósofo esloveno, Slavoj Žižek, debate en el que yo estuve de moderadora.
Actualmente, Julian Assange cumple arresto domiciliario en Norfolk —localidad ubicada en las afueras de Londres— a la espera de una audiencia judicial que se realizará el 12 de julio, en la que se apelará la extradición a Suecia, donde se lo requiere para ser interrogado con relación a un supuesto caso de abuso sexual. Assange no está acusado de ningún delito.
Ayer publicamos la primera parte del debate. Assange llevaba un monitor en el tobillo que quedaba tapado por la bota. Hoy pasamos a la segunda parte.
AMY GOODMAN: No quiero parecer distraída mirando hacia abajo, sino que quiero que las citas sean exactas, así que las tengo en mi teléfono. Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, dijo: «Julian Assange está involucrado en una guerra. El terrorismo informático que hace que muera gente, es terrorismo. Y Julian Assange está involucrado en terrorismo. Debería ser tratado como un combatiente enemigo y WikiLeaks debería ser clausurado en forma definitiva».
Bill Keller, del periódico The New York Times, lo llamó «arrogante, susceptible, conspirativo». Judith Miller —que a menudo escribía o era coautora de artículos que salían en la portada del periódico The New York Times donde se afirmaba la existencia de armas de destrucción masiva sin precisar fuentes—, dijo: «Julian Assange no es un buen periodista; no le importó en absoluto verificar la información que estaba publicando ni determinar si podía perjudicar a alguien o no».
Joe Biden, vicepresidente de Estados Unidos, dijo: «Julian Assange es un terrorista tecnológico». Peter King, congresista por Nueva York, pidió que se acuse a Assange según la Ley de Espionaje y pidió que se considere a WikiLeaks como una organización terrorista. Para no quedarnos solo en EE.UU.: Tom Flanagan, ex asesor del primer ministro canadiense, pidió el asesinato de Assange. Y la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, lo llamó a usted, Julian, «agente anti estadounidense con sangre en sus manos». ¿Puede responder a estas acusaciones?
JULIAN ASSANGE: Bueno, después de que Bill Keller dijo que yo era susceptible no queda mucho espacio para responder, ¿no? Sarah Palin también una vez en Twitter se quejó de mi gramática, pero pedir un ataque de aviones no tripulados parece ser perfectamente comprensible; entonces que Sarah Palin corrija mi gramática es realmente un insulto.
Esa situación en Estados Unidos fue muy interesante. Obviamente, estos reclamos son equivocados y vergonzosos, pero la situación económica y política en que se produjeron fue fascinante. En pocos meses —desde diciembre del año pasado o enero de este año— vimos surgir una nueva histeria macartista. Es muy preocupante que pueda surgir un nuevo macartismo tan rápidamente.
Por otro lado, hay muchos políticos oportunistas que juegan para sus bases, sus amigos del complejo militar-industrial. Pero por otro lado, el poder es silencioso cuando no tiene que dar ninguna explicación. O sea, cuando pasas caminando al lado de un grupo de hormigas en la calle y accidentalmente aplastas a una cuantas, no te das vuelta y les dices a las otras : «dejen de quejarse o las ataco con un avión no tripulado». Simplemente las ignoras. Y esto es lo que pasa con el poder que está en una posición dominante. Ni siquiera se molesta en responder, no se inmuta ni por un instante.
Sin embargo vemos a todos estos personajes que salen a hablar con agresividad. Bill Keller, en una charla reciente, quizás para explicar por qué estaba hablando conmigo, dijo: «si tienes trato con Julian Assange, estás condenado a tener que sentarte en todos los debates y explicar lo que hiciste por el resto de tu vida». Pero en realidad Bill Keller tomó esa decisión, la de torcer la historia, blanquear la historia y adaptar la historia continuamente. ¿Por qué? ¿Por qué gastar energía haciéndolo? ¿Por qué no simplemente desconectar otro pager del periódico The New York Times? Porque esta gente está realmente asustada de lo que hay de verdadero en esta historia que sale y se desarrolla. Así es que veo esto como un signo muy positivo.
Y, como he dicho antes, en realidad siempre hay que ver la censura como una señal muy positiva y los intentos de censura como una señal de que la sociedad aún no está completamente controlada, ni totalmente fiscalizada, sino que todavía conserva una dimensión política. Es decir, lo que la gente piensa, cree y siente y las palabras que escucha importan de verdad. Porque en algunas áreas no importan. Y en realidad, en Estados Unidos casi nunca importa lo que dices. Nosotros nos las arreglamos para hablar y dar información con tal volumen e intensidad que la gente se vio obligada a responder. Es poco común que la gente se vea forzada a responder.
Creo que este es uno de los primeros síntomas positivos que he visto de Estados Unidos en mucho tiempo. Hablar a este nivel puede incitar al debate y forzar a la gente a responder. En China, la censura es mucho más agresiva, cosa que para mí es un signo de esperanza de que la sociedad china aún es una sociedad política, aunque se la esté fiscalizando y aunque con el tiempo se la esté controlando con relaciones contractuales y bancarias. En este momento el gobierno chino y la oficina de seguridad pública están realmente asustados de lo que la gente piensa.
SLAVOJ ŽIŽEK: Me odio por querer esto… ¿cómo se llama la película? «Petróleo sangriento». Pero desafortunadamente no correrá mucha sangre entre nosotros porque, otra vez, estoy de acuerdo. Hablando de China, déjeme decirle, quizás usted lo sepa —no es una anécdota— algo que confirma perfectamente lo que dice. ¿Sabía que hace dos o tres meses una oficina del gobierno chino aprobó una ley que prohíbe formalmente que aparezcan en los medios públicos —prensa, libros, historietas, TV, películas— las historias en las que haya un viaje en el tiempo o realidades alternativas? Es literalmente así. Lo confirmé con mis amigos en China. La justificación oficial fue que la historia es un asunto serio y no debe quedar en manos de este tipo de juegos triviales.
Pero está claro que lo que realmente les preocupa es que la gente tan siquiera imagine realidades alternativas y cosas así. Como usted decía, creo que es un buen signo. Ellos, al menos, necesitan la prohibición. Nosotros ni siquiera necesitamos la prohibición, casi nunca. Si alguien propone un cambio radical, simplemente aceptamos esta espontánea ideología cotidiana, pero todos sabemos cómo son nuestras realidades económicas. Usted propone elevar en un 1% el gasto en salud. No, eso significaría la pérdida de la competitividad, etc. Estoy completamente de acuerdo con usted en esto.
Un comentario final acerca de la gente que usted, Amy, menciona. Newt Gingrich es para mí —perdón por usar esta palabra fuerte— la escoria del planeta. No. Voy a ser más preciso. No tengo gran simpatía por Bill Clinton, pero recuerdo que cuando hicieron esa campaña sobre Mónica Lewinsky, Newt Gingrich hacía ataques moralistas. Y después se confirmó en los medios que —escuché una entrevista que le hicieron a Newt Gingrich–cuando su esposa estaba muriendo de cáncer, la fue a visitar al hospital para forzarla a firmar -sin tener la decencia de dejarla morir— un acuerdo de divorcio para poder casarse con otra mujer. Exactamente en la misma época del caso Lewinsky, él estaba engañando a su esposa con su secretaria.
Esta es gente que…, mi Dios, me convierto aquí en una especie de conservador moral. Debe haber algún tipo de comité ético que establezca que las personas como estas sean consideradas un peligro para nuestros jóvenes y tengan prohibido aparecer en público. Ahora señalaré un punto más importante, sobre el tema del terrorismo. Déjenme aclarar —y no estoy loco, lo digo en un sentido positivo— que sí, que en cierto sentido usted es un terrorista. ¿En qué sentido? En el sentido que Gandhi fue un terrorista. Lo qué usted está haciendo, no es algo que se puede tragar fácilmente: «Oh, mira todas estas noticias interesantes en los periódicos. Aquí está pasando esto, allá Slavoj Žižek está saliendo con Lady Gaga —totalmente falso— y mira lo de WikiLeaks»
AMY GOODMAN: ¿Es esta una desmentida oficial respecto a que no sale con Lady Gaga?
SLAVOJ ŽIŽEK: Desmiento absolutamente todo. No escuché ni una de sus canciones. Dios mío, yo escucho canciones de Schubert y Schumann. Perdón, pero soy un conservador.
AMY GOODMAN: No sé. Los representantes [de Lady Gaga] no fueron tan desafiantes. Sólo dijeron: «sin comentarios».
SLAVOJ ŽIŽEK: Mis amigos me dijeron lo mismo: «¡estúpido!, hubieras dicho ‘sin comentarios’ y ahora disfrutarías de mayor gloria y esas cosas». OK, sigamos. Tengo algo más serio que señalar. ¿Qué significa esto? ¿En qué sentido fue Gandhi un terrorista? Él trató con eficacia de parar, de interrumpir el normal funcionamiento del estado británico en la India. Y por supuesto usted está tratando de trastocar la circulación normal —y muy opresiva— de la información.
Pero la forma en la que debemos responder a esto es con una paráfrasis inagotable tomada de una parte maravillosa de la «La ópera de tres centavos» de Brecht: «¿Qué es el robo de un banco comparado con fundar uno nuevo?». ¿Qué es su «terrorismo» comparado con el terrorismo cotidiano que simplemente aceptamos para que las cosas sigan como están? Aquí es donde la ideología nos ayuda. Cuando pensamos en la violencia y el terrorismo, siempre pensamos en actos que interrumpen el flujo normal de las cosas, pero ¿qué hay de la violencia que tiene que existir aquí para que las cosas funcionen en la forma en que lo hacen?
Creo que —soy muy escéptico al respecto— si mi espíritu provocador me lleva a usar el término «terrorismo», es estrictamente como reacción a un terrorismo mucho más fuerte que ya está aquí. En vez de entrar en el juego moralista de «Oh no, él es bueno». Como los estalinistas decían de Lenin: «Te gustan los niños, juegas con gatos, no deberías…», como Norman Bates dice en Psicosis: «No podrías matar ni una mosca», usted es, en este sentido formal, un terrorista. Pero si usted es un terrorista, entonces, por Dios, ¿qué son los que lo acusan de terrorismo?
AMY GOODMAN: El renombrado filósofo esloveno Slavoj Žižek, autor de «Living In the End Times» [Vivir en el final de los tiempos], y Julian Assange, editor en jefe de WikiLeaks, conversando el fin de semana pasado en Londres. Volveremos con otra parte del debate en un minuto.
Traducido por Jaime Sepulveda