Rómulo Pardo Silva

¿Cuántos manifiestan su apoyo al pueblo sirio mientras es atacado? Muchos menos de los que deberían.

Lo que predomina es lo que producen los medios de Estados Unidos y sus aliados occidentales: Assad es culpable y es bueno que se vaya o muera. Eso se dice con palabras y mayoritariamente con silencios.

Hay fascistas que no se ocultan, pero un alto porcentaje de intelectuales, políticos e interesados en la política ‘progresistas’ piensan o simulan pensar a la manera que dicta Washington.

Enarbolan los principios de democracia, derechos humanos, libertad, consumo, como los definen los norteamericanos y occidentales ricos. Se oponen junto al Pentágono a las dictaduras.

Se esmeran por aparecer sin doble estándar. Si lucharon y sufrieron las dictaduras latinoamericanas, española, griega, italiana… no pueden apoyar a ninguna otra. Ni Assad o Gaddafi, tampoco Cuba, Venezuela, Ecuador…

Entre Hitler y Stalin en 1940 se hubieran mantenido lejos de los comunistas para constancia de su transparencia política.

En la realidad esa conducta se debe a que les es útil en las condiciones actuales. Hay un poder económico militar que ejerce la supremacía mundial y la generalidad de la población cree lo que difunden los grandes medios resultando inconveniente contradecirla.

Además un elevado número de estos defensores de la integridad ética antes apoyaron violencias revolucionarias derrotadas y necesitan ahora probar que su conversión fue sincera y son confiables para los poderosos.

Ellos no ignoran que su postura es un apoyo a la estrategia de dictadura global. A lo contrario de su discurso.

Aceptan y respaldan la dominación planetaria de Estados Unidos y sus socios en expansión armada, Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia, Yemen, Somalia, Siria, por el momento.

Saben que el poder de Occidente es por definición antidemocrático, son los pueblos norteamericano, español, griego, quienes distinguen entre el 1% y el 99%; que no respeta los derechos humanos de negros, latinos, orientales; que masacraron por odio o para demostrar su fuerza a la población civil de Hiroshima, Nagasaki, Dresden; que por interés geopolítico utilizaron armas químicas en Vietnam; que hicieron matar, desaparecer, torturar, expatriar a miles de socialistas en América Latina.

No han olvidado sus lecturas de hace unos años.

El régimen independiente sirio es hoy el objetivo del plan nazi con disfraz democrático de apoderamiento de los recursos naturales del planeta. El futuro de la humanidad depende de su derrota. De la victoria de Siria, Irán, Venezuela, Cuba, China, Rusia. Hay que decirlo.

El silencio sirio de muchos progresistas es una afirmación hipócrita.

romulo.pardo@gmail.com