El periodista, quien presentaba las noticias en la televisión local, además de realizar varios programas políticos y económicos, fue decapitado, de acuerdo con la nota del Frente, la cual justifica su asesinato al alegar que «ahora todos los que no apoyan a la oposición son blancos y deben morir».
La víspera, Mohamad Salim Qabbani, un excolaborador en la fabricación de mentiras y hechos falsos contra Siria, denunció a medios de prensa occidentales que participan en esa campaña.
Qabbani dijo que no tuvo otra alternativa que colaborar con los grupos terroristas en filmaciones fuera de contexto, fabricar mentiras y otras acciones, pues su vida y la de su familia fue amenazada de no colaborar.
Profesionales sirios y de otros países han sido obligados, bajo amenaza de muerte, a participar en la campaña contra las autoridades de Damasco y el pueblo de esta nación levantina.