Al enterarse que Dow Chemical, fabricante del ‘agente naranja’ y principal causante de las muertes de vietnamitas durante la invasión estadounidense de los años 60, era patrocinador de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la delegación de Vietnam decidió permanecer dentro de las competiciones pero su ministro del Deporte, Hoang Tuan Anh, expresó su “profunda preocupación” por tal forma de publicidad y la doble moral de los organizadores olímpicos.
Durante varios años, la selva del sur de Vietnam fue fumigada con este “defoliante”, que en realidad es un agresivo químico creado para eliminar insectos, lo que dejó un saldo de tres millones de vietnamitas afectados y una epidemia de enfermedades congénitas en el país, según la Cruz Roja local.
El gobierno de Vietnam responsabiliza a este químico del cáncer y las malformaciones de unos 500.000 infantes nacidos en la segunda y tercera generación tras el conflicto.
Las relaciones entre Estados Unidos y Vietnam se normalizaron en 1995 y Washington asignó fondos para operaciones de limpieza, pero solo en los lugares donde se almacenaba este agresivo químico, por ejemplo en sus exbases aéreas.
Actualmente, el gobierno estadounidense no se plantea indemnizar a los millones de afectados ni compensar al país por la contaminación de sus bosques.
En el 2004, un grupo de 100 vietnamitas demandaron a Dow Chemical y Monsanto en la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos. El pleito terminó en el 2009, cuando el tribunal dictaminó que no había vínculos entre la dioxina y las malformaciones congénitas de los vietnamitas.