Autor: Ultima Hora


Desde que asumió el cargo de primer mandatario, el pasado 22 de junio, el presidente de la República, Federico Franco, no se salva de una práctica de repudio que se ha vuelto una constante en actos públicos, el célebre escrache. Florero, golpista, entre otros epítetos son las consignas más repetidas por los manifestantes.

15 de agosto de 2012.- La destitución del expresidente, Fernando Lugo, por intermedio del juicio político generó una división en la ciudadanía entre quienes defienden a este proceso y quienes lo consideran un auténtico «golpe de Estado» disfrazado de legitimidad, estos últimos formaron un grupo denominado Paraguay Resiste y se encargan de abuchear al recién asumido Federico Franco.

 

Cabe recordar, que en el mismo día de su cumpleaños, los integrantes de Paraguay Resiste cantaron el famoso «cumpleaños infeliz» al presidente, las parodias hacia su figura tampoco están ausentes, ya que Franco es apodado por los manifestantes como florero, debido a su polémica figura en sus tiempos de vicepresidente.

A casi dos meses de haber ingresado al Palacio de López, este miércoles 15 de agosto, aniversario de la fundación de la ciudad de Asunción, el primer mandatario asistió por primera vez a actos oficiales en fechas conmemorativas para el país, y como ya se había vaticinado, los escraches estuvieron a la orden del día, siendo el primero en las adyacencias del Panteón de los Héroes, teniendo que ingresar a un conocido bar céntrico para eludir el abucheo.

Esto no se terminaba ahí, ya que en la celebración religiosa de la Catedral un grupo de jóvenes manifestantes procedió a descargar un arsenal de insultos a Federico Franco; la reacción de los agentes policiales no se hizo esperar y rápidamente fueron retirados por la fuerza.

Cada vez que es víctima de un escrache», el presidente no hace más que esbozar una sonrisa en el rostro, en visible señal de incomodidad.

La costumbre de los abucheos en público a autoridades, conocido como escrache – término importado del lunfardo argentino – es una práctica que se viene realizando incluso antes de la Asunción de Federico Franco.

Comenzó con legisladores, luego de que estos hayan decidido apoyar una gran ampliación presupuestaria a la Justicia Electoral, algo que fue considerado como una ofensa para muchos.

Fue entonces que la presión de la ciudadanía hacia referentes de la clase política se hizo visible tanto en actos oficiales y en lugares públicos, como restaurantes y centros comerciales.

Ahora es Federico Franco el blanco predilecto de quienes no aprueban la destitución de Fernando Lugo.

Hasta el momento Franco se muestra molesto, pero a la vez tolerante con estas acciones. «Yo no digo nada, ellos tienen derecho a hacer sus manifestaciones», señala cada vez que es consultado sobre qué opinión tiene de este fenómeno que se volvió una postal de los actos oficiales del nuevo gobierno, de un tiempo a esta parte.