Rúben Rámos

 

Como una manera de contribuir a una mirada menos complaciente, inmediatista y localista de lo que ocurre en el Perú, y también en el resto de los países que adhieren al modelo de mercado como alternativa para salir de la pobreza, este artículo inaugura una serie que iré dando a conocer (rr).

El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) forman parte de la estructura tecnocrática de la Organización de las Naciones Unidas. Son los “gemelos” que parió el “Acuerdo de Bretton Woods”, al término de la segunda guerra mundial. De ésta como de la primera, el único beneficiario fue Estados Unidos por la venta de armas a los dos bandos implicados en las guerras, y por el grado de desarrollo que alcanzó gracias a los dos conflictos.

El BM opera en nuestros países a través de otros cinco bancos que forman lo que conoce con el nombre de “Grupo del Banco Mundial” (GBM). Estos bancos son el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Asociación Internacional de Fomento (IAF), la Corporación Financiera Internacional (IFC), el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).

· El BIRF, se fundó en 1944. Posee una estructura similar a la de una cooperativa en la que están representados, nominalmente, los 187 países miembros, pero su administración y gestión depende directamente de la Junta Ejecutiva del BM que lo controla EEUU. Obtiene la mayoría de sus fondos en los mercados financieros mundiales y se ha convertido en uno de los prestatarios institucionales más grandes del mundo desde que emitió su primer bono en 1947.

· La IAF, “otorga préstamos sin interés y donaciones para programas que fomenten el crecimiento económico, reduzcan las desigualdades y mejoren las condiciones de vida de la población de los países más pobres” (IAF, 2010).

· La IFC, “otorga préstamos, capital accionario, financiamiento estructurado, instrumentos de gestión de riesgos y servicios de asesoría para fortalecer el sector privado en los países en desarrollo” (IFC, 2010)[i]

· El MIGA, (creado en 1988) “promueve la inversión extranjera en países subdesarrollados y otorga garantías a los inversionistas contra pérdidas ocasionadas por riesgos no comerciales como expropiaciones, inconvertibilidad de moneda, restricciones de transferencias, guerras o disturbios. Opera con cargo a las aportaciones de los 175 países miembros” (MIGA, 2010).

· El CIADI, fue creado en 1966 para “resguardar la inversión extranjera en los países subdesarrollados y brindar servicios de conciliación y arbitraje de diferencias”. Cuenta con 144 países miembros (CIADI, 2010).

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fue fundado en 1959 como el aparato financiero de la Organización de Estados Americanos (OEA). Esta sui géneris institución financiera, “interamericana”, reúne entre sus miembros a 26 países latinoamericanos y caribeños; a 17 países europeos, y a EEUU, Canadá, Israel, la República Popular China, Corea del Sur y Japón. El BID al igual que el BM opera a través de su propio grupo constituido por la Corporación Interamericana de Inversiones (CII) y del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN).

· El CII, opera desde hace 25 años, y beneficia a quince de las veinte mayores economías del mundo con “lucrativos negocios” en los países de América latina y el Caribe. En los últimos años, el CII ha “focalizado” las inversiones de los socios “no prestatarios” en las llamadas “energías limpias” (agrocombustibles, aire, sol, agua), las microfinanzas, y el turismo.

· El FOMIN, fundado en 1993 como parte del Grupo del BID, tienen como propósito incrementar la inversión privada en el continente, mejorar el entorno ambiental para el desarrollo del sector privado. Es el mayor proveedor de asistencia técnica a este sector en América latina y el Caribe. Moviliza más de dos mil millones de dólares para este efecto y para garantizar la seguridad de los negocios de los miembros “no prestatarios” del BID y del propio FOMIN.

Los 26 países latinoamericanos y caribeños (LAC), y los 23 que nada tienen de latinoamericanos ni de caribeños, son igualmente miembros del BID, del CII y del FOMIN. La diferencia está en que los LAC son miembros “prestatarios” y los no LAC son “no prestatarios”. Esta calidad les otorga, a éstos, el derecho de asumir los “negocios” que canaliza el BID en los 26 países LAC, con cargo a la “ayuda” financiera que nos impone. Esta “ayuda” viene cargada a nuestra deuda externa y los fondos provienen de los propios aportes de los países “prestatarios”. Un verdadero círculo perverso con los que el BID fomenta los “lucrativos negocios” de los no prestatarios “en favor de los pobres”. Los países “no prestatarios” se reservan, además, el derecho de ser los únicos que pueden procurar los bienes y servicios a los proyectos financiados por el BID que realice el Estado, los gobiernos regionales y locales o los inversionistas nacionales en sus respectivos países.

Esta lógica no es ajena a ninguna de las tres instituciones garantes del mercado, del individualismo, la democracia y la libertad capitalistas. Las tres instituciones (BM, BID, USAID) que manejan las políticas y estrategias del “crecimiento con inclusión” en el caso del Perú, y otros modelos de mercado en otros países, operan de la misma manera. Todos y cada uno de sus programas y proyectos participan de la misma lógica perversa: Permitir que “mercaderes” europeos, norteamericanos, japoneses, surcoreanos, israelitas y chinos, “hagan negocio” directamente y/o a través del Estado, con total impunidad y violando todo principio de soberanía. En el Perú, en no menos del 56% de su territorio operan, bajo esta modalidad, empresas mineras de distintas nacionalidades atraídos por los “lucrativos negocios” que ofertan el BM, el BID y la USAID en los mercados de EEUU, Europa y Asia[ii].

La Agencia Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos (USAID). Su USAID’s history goes back to the Marshall Plan reconstruction of Europe after World War Two and the Truman Administration’s Point Four Programhistoria se remonta al Plan Marshall de reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial y al “Punto cuatro” del Programa de ayuda a los países pobres de la Administración Truman. Depende directamente de la Secretaría de Estado del gobierno norteamericano y se instrumentaliza a través de las embajadas norteamericanas en nuestros países. Desde 1961, es la agencia principal de intervencionismo directo de EE.UU en América latina y el Caribe a través de la “ayuda” militar y económica para la protección de la seguridad nacional norteamericana. Esta “ayuda” utiliza el disfraz del desarrollo, la asistencia técnica, las emergencias, la educación, la infraestructura, el deporte, el saneamiento básico, los cultivos alternativos, pero está básicamente orientada al espionaje, la desestabilización, las intervenciones armadas, siguiendo el marco establecido en su “Manual Represivo Confidencial”, que el actual gobierno boliviano puso en evidencia, rescatando una revelación hecha por el periódico «Hoy« en su edición del 23 de noviembre de 1978.

USAID, opera en el Africa subsahariana, Asia, América latina y el Caribe, Europa, Eurasia y Oriente. Decide, financia, dirige y controla planes, programas y proyectos vinculados con el desarrollo de la agricultura, la democracia y la gobernabilidad, el crecimiento económico y el comercio, la educación y las universidades, el medio ambiente, la salud, la asistencia humanitaria y las alianzas mundiales judeo-cristianas para la sedición y el terror.

Tiene a su cargo los llamados “Programas de corte de la cruz” orientados a “construir la democracia y la paz, proporcionar servicios esenciales en las comunidades marginadas, apoyar con militares norteamericanos (para asegurar la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo), Conflict Management – Violence, or the imminent threat of violence, can destabilize a society in ways that traditional USAID programs are often ill-prepared to identify and address.diseñar programas que aborden mejor las causas y consecuencias de los conflictos violentos, otorgar becas de investigación competitiva a través de la Cooperativa de Investigaciones para el Desarrollo (CDR) en convenio con el gobierno de Israel, desarrollar programas urbanos para mejorar las condiciones de vida de los pobres y de las generaciones futuras, Water – Every ecosystem, society, and individual on Earth depends on waterpreservar el desarrollo ecológico, favorecer el uso racional de los recursos hídricos del mundo (una prioridad de la política norteamericana), instrumentalizar programas con participación prioritaria de mujeres” (USAID, 2010).

Al igual que el BM y el BID, define su actuación como “un negocio” con oportunidades de inversión para empresas norteamericanas, canadienses, europeas, japonesas, de corea del sur. Tiene un rol activo en el proyecto de “Educación para Todos” (EPT), la calidad, innovación, valores, universalización de la educación primaria.



[i] Creada en 1956, la Corporación Financiera Internacional (IFC) es el instrumento del BM para fomentar la inversión del sector privado en las naciones en desarrollo. Es accionista y responsable del financiamiento del Proyecto Conga actualmente en litigio en la región Cajamarca en el Perú. La IAF fue creada en 1960 y desde entonces ha acumulado deudas de los países prestatarios que superan los doscientos veintidós mil millones de dólares. Sólo el 2 y el 8% de sus “préstamos” están destinados a la industria y la agricultura, respectivamente. Esto explica por qué todos los países “beneficiarios”, se mantienen en peores condiciones de pobreza. La principal fuente de recursos financieros de esta institución, proviene de los pagos de deuda que hacen los propios países “beneficiarios” o “prestatarios”.

[ii] El BM, BID y USAID, ofertan las oportunidades de “negocios” en el Perú, como en el resto de ALC, donde todavía operan con total impunidad (excepto en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador), a través de manuales expresamente diseñados (“Oportunidades de negocios”) que pueden ser consultados en sus respectivas páginas web o solicitados en sus oficinas locales o en las embajadas norteamericanas.