Otramérica

Los diarios comerciales del hemisferio destacan la presencia de los CEO (directores ejecutivos) de sus empresas en el último ranking conocido como si de los juegos olímpicos se tratase. Las primeras posiciones son todas para ejecutivos brasileños. El ranking premia la rentabilidad de sus empresas pero… ¿para quién son buenos estos personajes?

Hoy se ha conocido el top 50 de “Los CEO con mejor desempeño de Latinoamérica”. Cierto que la calificación la hizo el IAE Business School de Argentina. También es cierto que el criterio declarado para posicionar a los mejores directores ejecutivos del hemisferio era “la rentabilidad de las acciones de la empresa en su sector y en su país”. Es decir, que no había ningún criterio de sostenibilidad del negocio, respeto de los derechos laborales o relación con la comunidad. Parece que eso no figura en las materias de la prestigiosa escuela de negocios del Cono Sur.

Nos ha sorprendido que los medios nacionales hoy hacen palmas a los éxitos de sus ejecutivos. Por eso, hemos mirado con atención el ranking y hemos hecho por ellos un pequeño repaso de la ‘otra’ historia de algunos de los premiados y de sus empresas.

26 de los 50 “mejores” CEO de América Latina son brasileños. Lo que ya nos da una pista del poder del subimperio gobernado desde Brasilia, donde política y negocios van de la mano. El último ejemplo lo vivimos a final de julio cuando Hugo Chávez, minutos antes de celebrar la entrada de Venezuela a Mercosur con sus homólogos en Brasilia, firmó un contrato con la empresa de aeronáutica brasileña Embraer para la compra de 6 aviones E190AR por valor de 270 millones de dólares y una opción de compra para completar 14 aeronaves para la compañía estatal Conviasa que sumarían 900 millones de dólares. Brasil no da puntada sin cerrar negocio.

Precisamente, el director ejecutivo más rentable para sus accionistas fue Mauricio Novis Botelho, de Embraer, quien logró una rentabilidad de accionista ajustada por país del 5.881%. Embraer es una empresa experta en la fabricación de aviones de Guerra Tucano, con los que Brasil ha hecho excelentes negocios en países en conflicto como Colombia, Irak, Irán, Perú, Egipto o Angola, entre otros. La Guerra es rentable.

El segundo en la lista es Roger Agnelli de la archienemiga de las comunidades Vale, la multinacional de la minería que ha logrado este 2012 el ‘reconocimiento’ como la peor empresa del año en los Premios Ojo Público, que conceden Greenpeace Suiza y la Declaración de Berna por su permanente violación de los derechos humanos y sus ataques al ambiente. Una vez dicho esto, quizá sea interese que el señor Agnelli ha logrado una rentabilidad de accionista del 934%.

El tercero en el top 50 es Benjamin Steinbruch, director ejecutivo del Consorcio Siderúrgico Nacional (CSN), también de Brasil. El señor Steinbruch ha sido un gran gestor, mejorando en 1.655% la rentabilidad de accionista ajustada por país, pero al IAE de Buenos Aires se le olvidó consultar el pésimo balance ambiental de la división más rentable de CSN: la minera. Lo saben bien los habitantes de Congonhas (Minas Gerais), donde CSN tiene su principal apuesta en minas de hierro en las que ha invertido cerca de 10.000 millones de dólares. El patrimonio cultural barroco, el ambiental y la salud de esta población de 50.000 habitantes está en jaque gracias a la voracidad de CSN, que ya tiene denuncias del Ministerio Público Federal en Volta Redonda (Rio de Janeiro) por atentar contra la salud pública en el manejo de residuos sólidos.

Sólo dos ejemplos más. El cuarto en la lista con rentabilidades millonarias es Manoel Arlindo Zaroni Torres, de Tractebel Energia, una empresa que tiene poco de brasileña aunque su sede principal esté en Florianópolis. Tractebel, mayor productor privado de energía en Brasil, es propiedad en un 69% de otra empresa con mala fama: la francesa GDF Suez. Tractebel ha sido denunciado por actividades antisindicales por el Ministerio Público do Trabalho en Brasil y es uno de los peores enemigos del Movimento dos Atingidos por Barragens (Movimiento de Afectados por Represas). Tractebel es un claro beneficiado de la política de subsidios estatales a la compra de energía generada por operadores privados y, además, participa del suculento plan del Gobierno de construir 500 hidroeléctricas antes de 2015.

Por último, un súper ejecutivo de un sector muy diferente: Miguel Gomes Pereira Sarmiento Gutierrez, de Lojas Americanas. Lojas Americanas es un gigante de las tiendas por departamentos con 622 sucursales en 24 estados de Brasil. El problema es que Miguel Gomes consigue rentabilidad extra con trampas. Por ejemplo, declarando fiscalmente como sector alimentación o supermercado, dependiendo del Estado, para no tener que suscribir la convención colectiva del sector de tiendas, que es más beneficioso para los trabajadores. Según las múltiples denuncias que acumula –y varias sentencias en su contra-, Lojas Americanas también acostumbra a saltarse a la torera los horarios comerciales sin remunerar a sus trabajadores por los días feriados y haciendo competencia desleal al pequeño comercio; suele ofrecer pésimas instalaciones de vestuarios y otras a sus empleados, y, según un tribunal de Maranhao, también “viola la dignidad humana de los trabajadores”.

No seguimos con el relato, pero pueden hacer el rastreo de los siguientes CEO y, es probable, que encuentren perlas similares. La buena noticia para las mujeres es que no hay ni una entre los top 50. Aunque esto se pudiera interpretar como un problema de falta de presencia en los sectores que toman decisiones, de algún modo salva la dignidad de género el no participar de estas prácticas.