Este conflicto “creó un espacio para la organización Al Qaida, que puede desplazarse de Irak a Siria”, afirmó.
Al contexto regional se agregan la inestabilidad política en Irak –con el conflicto entre el primer ministro Nuri al Maliki y sus detractores, que lo acusan de tener un comportamiento dictatorial– así como los diferendos petroleros y territoriales que oponen al gobierno central de Bagdad y la región autónoma de Kurdistán.
“Los diferendos políticos en Irak tienen un impacto negativo sobre la seguridad y la economía, en un fondo de falta de confianza entre los asociados políticos y de ausencia de consenso sobre las opciones políticas en materia de seguridad”, destacó Haidari.
En total, 325 personas –241 civiles, 40 policías y 44 soldados– murieron en Irak durante el mes de julio, mientras que 697 personas –480 civiles, 122 policías y 95 soldados– resultaron heridos, según datos recopilados por los ministerios de la Salud, del Interior y de la Defensa.
Se trata del balance mensual más elevado entregado por el gobierno irakí desde agosto de 2010, mes durante el cual habían muerto 426 personas y 838 habían resultado heridas.
Las cifras gubernamentales son habitualmente inferiores a las entregadas por otras fuentes, pero el balance de julio es superior al recuento que hace la AFP y que se basa en cifras de responsables médicos y de la seguridad.
Durante los 31 días del mes de julio, al menos en 27 hubo atentados. Balances superiores a 10 muertos fueron registrados durante cinco días: 39 decesos el 3 de julio, 11 un día después, 17 el 22 de julio, 113 el día siguiente y 23 el 31.
Los atentados más sangrientos se produjeron el 23 de julio, cuando 29 ataques afectaron a 19 ciudades irakíes, matando a 113 personas y dejando 259 heridos. Se trata de la serie de ataques más mortífera desde el 8 de diciembre de 2009, cuando habían perecido 127 personas.
En un mensaje difundido el 25 de abril en internet, el Estado islámico de Irak (ISI), rama de Al Qaida, había anunciado “una ofensiva sagrada durante el ramadán” contra objetivos “cuidadosamente elegidos” en particular las “fuerzas de seguridad, el ejército y los chiitas”.
De hecho, la serie de ataques que dejó 113 muertos se produjo en el tercer día del mes de ayuno musulmán, que este año cae en pleno verano.