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El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) es una institución aliada al Banco Mundial, especialmente creada para intervenir en arbitrajes, pero que en su periplo de propiciar la solución de disputas entre gobiernos y nacionales de otros Estados, ha interferido en decisiones internas, dedicándose a la defensa de los intereses corporativos según los dictados del Banco Mundial, con los efectos perniciosos que todos conocemos con un estructura legal que solo opera a favor de trasnacionales ejemplo de ello, es que en dicho órgano, el estado venezolano jamás pudo ejercer acción contra ninguna corporación o trasnacional, pero las éstas, si tienen garantizado no solo las acciones sino también las decisiones.

Más allá del carácter arbitral, el CIADI defiende los intereses del imperialismo que saquea la base económica de los pueblos, cercenando la soberanía nacional. Para desenmascarar al CIADI, Venezuela sale de esta organización, como ya lo habían hecho Bolivia, Ecuador y Nicaragua, tras haber denunciado el 25 de enero el convenio que permitió su nacimiento, y entendiendo el pésimo papel de un ente internacional que tratando de aislar al gobierno revolucionario le hace el juego a sectores apasionados por la economía de libre mercado, que no respetan las decisiones de un Estado autónomo.

Es oportuno recordar que la decisión de la salida de Venezuela del Ciadi comenzó a estudiarse desde el año 2007, fecha en la que la empresa petrolera estadounidense Exxon Mobil presentó una demanda contra Petróleos de Venezuela (Pdvsa), por la nacionalización de sus activos.

El Presidente Chávez reconoció el fallo de la Cámara de Comercio Internacional (ICC), en París, que determinó que Pdvsa debía pagar $908 millones, monto que se reduce a 255 millones de dólares de acuerdo a una serie de deducciones que se debían hacer, y la gigante petrolera norteamericana pretendía que se le confiscaran bienes a nuestro país por la suma exorbitante de 12 mil millones de dólares (que han sido utilizados en dignificar nuestro pueblo Gran Misión Vivienda Venezuela, Agro Venezuela etre otras), por supuestos daños causados en su contra, solicitud que fue apoyada por el CIADI, demostrándose la parcialidad con las grandes corporaciones es, en detrimento de un gobierno enrumbado a darse sus propias políticas económicas y a independizarse con justicia y dignidad de toda sumisión externa.

La salida de nuestro país de este organismo, se debe específicamente a que el órgano en referencia ha fallado 232 veces a favor de los intereses trasnacionales en las 234 causas que ha conocido a lo largo de su historia. Ahora cuando se cumplen los seis meses desde que el Gobierno Revolucionario denunció el tratado que dio origen a ese organismo, aparecen los supuestos expertos en arbitraje emitiendo juicios de valor en cuanto a las posibilidades de establecer sanciones que podrían estar contenidas en una veintena de demandas al Estado venezolano por haber tomado esta decisión y frenar el lamentable proceder de grupos económicos que vinieron a nuestro país con fines mercantilistas y mentalidad saqueadora y neocolonizadora, y que al amparo de la Comisión de las Naciones Unidas para del derecho mercantil internacional y la corte permanente de arbitraje de La Haya pretenden indemnizaciones injustificadas.

De manera que el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela, está plenamente en su derecho de adelantar el retiro oficial del Estado venezolano, del Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados (Convenio CIADI), una salida que se convierte en una oportunidad para seguir desenmascarando los entes que desde el Banco Mundial y en nombre del capital monopólico enquistado en empresas multinacionales, pretenden obviar la soberanía económica.

Naturalmente nuestra salida del CIADI es una decisión revolucionaria llamada a tener resonancia histórica y como tal representa para la derecha internacional una amenaza porque atenta contra los dictados perversos del capitalismo.

Hugbel Roa (Diputado)
roahugbel@gmail.com