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La dictadura del capitalismo se impone por casi todos los países del mundo. En África, como en los otros continentes, son conscientes de necesitar la ciencia y la tecnología para poder desarrollar su potencial personal y social, desde su cultura.

Al mismo tiempo constatamos, en este mundo globalizado, cuatro signos que pueden orientarnos hacia un mayor desarrollo integral de todos, como pueden también llevarnos a una nueva esclavitud. El poder del capitalismo está llegando a ser salvaje, porque así lo estamos permitiendo.

* La brutal injusticia de millones de empobrecidos está dejando bien claro en esta crisis actual que lo absoluto para nuestros líderes, economistas y multinacionales es el capital y lucro, a costa de los demás.

Para humanizar esta situación, necesitamos una política y economía al servicio de las personas. Esto requiere promocionar un comercio justo, bancas éticas, respeto de los derechos humanos y una visión nueva de la vida y de los demás. Uno de los medios para influenciar esta humanización de la economía podría ser, además de la educación ética, cooperativismo, etc., que nuestras instituciones sociales y religiosas se conviertan en accionistas de las grandes corporaciones, y así poder influenciar sus políticas económicas.

* Las mujeres siguen siendo, en África, y en otros continentes, «esclavas y víctimas» del «patriarcado» cultural y económico. Las mujeres son las más empobrecidas. El 67 % de las personas empobrecidas en el mundo son mujeres. El patriarcado eclesial es otra forma de dominación y empobrecimiento.

Al mismo tiempo, las mujeres son las que más humanizan el mundo. Sin embargo, todavía encuentran grandes obstáculos culturales y económicos para acceder a la educación, a ser respetadas en su dignidad y derechos, así como para participar en la gestión de los recursos económicos de los pueblos.

* El pluralismo cultural es otro signo de los tiempos y en vez de llevarnos hacia una «coca-colonización», puede orientarnos también hacia unas relaciones y coexistencia fecundas y armónicas», como afirma J. Javier Vitoria en su artículo: Vientos de cambio. La existencia actual es intercultural y lo será siempre. La cultura, la religión, la ciencia y la tecnología pueden imponerse a los demás generando conflicto y violencia.

¿Quién duda de que este intercambio cultural pueda ser sumamente enriquecedor para todos? La experiencia muestra que el respeto y aprecio de otras culturas no nos llega sin esfuerzo y sin una educación cívica.

* La cultura democrática está en peligro por la dictadura del capitalismo. Los gobiernos pueden ser elegidos democráticamente, pero siguen sometidos al yugo y dictadura del capital: Goldman Sachs, British Petroleum, UE, etc.

Como criterio básico de desarrollo solo podemos elegir: el ser humano y su desarrollo integral. Mientras el verdadero absoluto siga siendo el capital, los seres humanos seguiremos siendo esclavos.

Lo extraordinario es que el poder para liberarnos de esta dictadura está realmente en nuestras manos.

Diario Granma (Tomado de la Fundación Sur)