Antes de responder esta cuestión hay que advertir que esta imagen no es un capricho de un gobierno o de un artista, esta imagen es la reconstrucción científica facial del rostro de Bolívar (Ver el informe científico que incluye las imágenes [1] ).

A algunos, que no se han dado cuenta que aún están profundamente europeizados, no les ha gustado el verdadero rostro de Bolívar. Lo querían de rasgos “puros” blancos, pero no… Bolívar era mezclado, criollo, en su sangre había blanco, negro e indio, como lo somos los hombres de Colombia y Venezuela, como lo somos los hombres del pueblo que él fundó.

Ahora con los instrumentos de la ciencia hemos obtenido la imagen exacta del rostro de Bolívar, en sus 46 años, la edad en que él murió. Una amiga me dijo: “Ese Bolívar ahí está muy viejo y muy feo”, yo no le dije nada. Sé que muchos están pensando como ella. Si están pensando así es porque no conocen que hizo este hombre en 46 años, y pero aún, porque inconscientemente subsiste en ellos un alto grado de racismo en su concepción de la belleza, una concepción proveniente de un mandato imperial de siglos occidental que ha dicho: lo negro es lo feo, lo indio es lo feo.

¿Por qué a muchos les pareció feo el rostro de Bolívar recientemente publicado?

Esta cuestión nos la ayuda entender perfectamente nuestro filósofo Fernando González, en su obra Los negroides, veamos un breve fragmento.

“Qué ha sucedido y qué sucede? Que todavía Europa, [Diríamos hoy Estados Unidos] a través de nosotros, mulatos vanidosos, gobierna a Suramérica; que somos completamente vanos. Los instintos americanos no se han manifestado; nuestro pueblo está dormido en sueño de siglos.

¿Las causas? El indio fue humillado por la civilización más fanática, la cristiana, y Suramérica, por los más rudos de Europa, los españoles. De suerte que nosotros, los libertos bolivarianos, mulatos y mestizos, somos vanidosos, a saber: creemos, vivimos la creencia de que lo europeo es lo bueno; nos avergonzamos del indio y del negro; el suramericano tiene vergüenza de sus padres, de sus instintos. De ahí que todo lo tengamos torcido, como bregando por ocultarse, y que aparentemos las maneras europeas.

[…] Hijo de puta es aquél que se avergüenza de lo suyo. Por aquí me han llamado grosero porque uso esta palabra, pero la causa está en que mis compatriotas son como el rey negro que se enojó porque no lo habían pintado blanco.

[…] Nuestra individualidad está apachurrada, a causa de estos hechos:

1° En cuanto negros, somos esclavos, propiedad de europeos, fuimos prostituidos.

2° En cuanto indios, fuimos descubiertos, convertidos; discutieron “si teníamos alma”; rompieron nuestros dioses; nos prostituyeron moral, religiosa, científicamente.

3° En cuanto españoles, somos criollos, sin poder “probar la pureza de sangre”.

4° Lo peor: que somos mezcla de las tres sangres; ocultamos como un pecado a nuestros ascendientes negros e indios. Somos seres que se avergüenzan de sus madres, o sea, los seres más despreciables que pueda haber en el mundo. En realidad, tal mezcla es un bien; pero en la conciencia tenemos la sensación de pecado. Vivimos, obramos, sentimos el complejo de la ilegitimidad.

Por eso el suramericano simula europeísmo; por eso es dilapidador, prometedor, incapaz: porque tiene vergüenza del negro y del indio.

Pregunto: ¿puede el suramericano vivir como europeo; competir con el europeo? No, porque es mulato. Su individualidad es mulata.

Mientras simule, será inferior. La grandeza nuestra llegará el día en que aceptemos con inocencia (orgullo) nuestro propio ser” [2] .

Fernando González escribió esto en el año 1936, lamentablemente, aún hoy en el 2012, a muchos en Colombia se les puede aplicar estas ideas y a una minoría oligarca de Venezuela. Pero afortunadamente, sé que con el despertar de la actual Revolución Bolivariana, acá en Venezuela además de estar celebrando la imagen exacta del rostro de Bolívar, estamos orgullosos celebrando nuestro propio ser.

Maracaibo, 28 de julio de 2012

bolivarynietzsche@gmail.com