Autor: Edgar Polo
Desde el Cauca se observa una perspectiva del conflicto altamente preocupante. Más aún, cuando desde el ejecutivo se lanzan sondas que en vez de tranquilizar a la opinión, generan desconcierto y pesimismo.

El Cauca presenta el escenario tipo de la generalidad del conflicto. Fracaso del Estado hasta el extremo que la comunidad indígena es abiertamente hostil a la fuerza pública, connivencia con la guerrilla que en la problemática social tiene un caldo de cultivo para su fortalecimiento y su estrategia territorial clave para el dominio de los corredores de la coca hacia el pacifico en pos de los mercados internacionales.

El problema de la tierra es ancestral, contrasta la existencia de la Hacienda del siglo XVlll con el micro minifundio lo que marca un grado de desigualdad con un coeficiente de Gini, tal vez el más alto del país. Con una producción económica precaria el grueso del campesinado ha encontrado una vía de explotación al minifundio con los cultivos de coca y la proliferación de invernaderos donde se procesa la marihuana “creepy” de probado potencial que se cotiza con éxito en los mercados internacionales. La consecuencia de este estado de cosas miseria y degradación del tejido social, condiciones óptimas para la incubación del conflicto con el fortalecimiento de la guerrilla y el narcotráfico.

En el Cauca los indígenas constituyen la gran mayoría de la población y muestran un grado de organización superior a los del resto del país. Explotan poco menos de seiscientas mil hectáreas en forma rudimentaria y su frágil economía sumada a la falta de infraestructura física para acceder a los mercados con productos competitivos, los condena a vivir en condiciones de escasa subsistencia que se convierte en sobre oferta de mano de obra para la guerrilla y el narcotráfico. Sus líderes ante el abandono del Estado y con una errada interpretación de los alcances que en materia de etnias logró la Constitución del 91 tienden a auto concentrarse con el peligro del aislamiento social que hace nugatoria la posibilidad de la integración de los nativos a la sociedad para acceder por lo menos al conocimiento y la salud mínimos, respetando el marco de su cultura y valores ancestrales.

Lo de la semana anterior con la visita del Presidente a Toribío fue patético. No obstante el operativo de seguridad necesario, la caravana presidencial fue objeto de retenes de la guerrilla con el mensaje que el presidente tenía que pasar el reten del Vl frente de las Farc, abucheo a Santos, tableteo de ametralladoras desde las colinas circundantes y derribo de un súper Tucano de la fuerza aérea con el lamentable saldo de dos militares muertos. Con anterioridad los indígenas habían demolido trincheras del Ejército y de la Policía con agresivos mensajes contra la presencia de la fuerza pública.

El Cauca está convertido en laboratorio tanto para la Guerrilla como para el Estado. Es el momento de montar un proyecto macro con alto contenido político, económico y social que recupere para la integridad nacional ese territorio con verdadera confianza en las instituciones y sentido de patria o, como están las cosas, permitir una republiqueta independiente dónde el mando esté localizado en la alianza criminal Farc-Bacrim con la amenaza que este proyecto piloto se implemente en el resto del territorio nacional.