
El primer paso en este sentido será el despliegue de un escuadrón de F-22 en la base aérea Kadena, en Japón, justo en el patio trasero de China y Corea del Norte. El portavoz del Pentágono, George Little, aclaró que el escuadrón se desplazará rumbo al país oriental a una altitud restringida, pero después se prevé ampliar el rango de altitudes de vuelo.
La decisión de limitar la distancia y altura de todos los vuelos de cazas de quinta generación F-22 fue tomada por Panetta en mayo de este año para mantenerlos cerca de un área de aterrizaje. Previamente, en el transcurso del último año y medio, se han registrado 23 casos de hipoxia en pilotos de estos cazas.
El cambio de base permanente de estos aviones de combate superfurtivos, superrápidos y los más caros del mundo vuelve de poner de relieve el nuevo enfoque de la estrategia de seguridad y de política exterior de Estados Unidos en Asia-Pacífico.
