Autor: Luis Beaton / Prensa Latina
Damasco, 21 jul (PL) Luego de tres días de enfrentamientos en barrios de la ciudad entre fuerzas gubernamentales y bandas armadas, la capital Siria retorna paulatinamente a la tranquilidad.

Durante un recorrido efectuado en horas del mediodía de este sábado, inicio del Ramadán en el país, resultó llamativa la tranquilidad en calles y avenidas de la urbe.

Gran cantidad de comercios abrieron sus puertas, pero pocas personas se aventuraban a salir, y su presencia era limitada, no así en un gran mercado al aire libre en la cercanía del Hamidiyeh, donde muchos clientes trataban de adquirir frutas y otros productos necesarios para los días del ayuno musulmán.

Como un síntoma de recuperación, camiones y empleados de limpieza retiraban la basura acumulada en los últimos tres días y que ya despedía mal olor, algo contrario a lo habitual en la capital de Siria.

Aunque en algunas áreas se observan medidas de seguridad reforzadas con la presencia de militares fuertemente armados y camionetas equipadas con ametralladoras, Damasco es una ciudad en recuperación y la principal protagonista es la tranquilidad en sus calles y principales arterias.

La avenida Mezzeh, caracterizada por el gran movimiento de vehículos, en horas de la mañana estaba casi desierta, pero al filo del mediodía ya había mas actividad, y solo era demostrativo del ambiente de tensión la presencia de varios uniformados y dos camionetas artilladas frente a la embajada de Irán. La plaza de los Omeyas (Umawiyeen Square) esta abierta al tráfico de vehículos y peatones, y solo unas lozas en la pared de uno de los túneles que le pasan por debajo, afectadas por una bomba de ruido la víspera, desentonaba con el ambiente de tranquilidad en el área.

La rotonda donde confluyen la calle Pakistán y la avenida Bagdad, frente al Banco Central, se veía con poco tráfico y primaba la tranquilidad en el área donde muchos comercios abrían sus puertas a la espera de clientes.

Mas adelante, hacia la Plaza Al-Tahreer, ninguna anormalidad rompía el clima de tranquilidad, hasta la zona de Bab Touma, donde una de las puertas de la antigua muralla parecía invitar a los turistas a regresar al país.

Solo el cortejo fúnebre de una persona cerca de la plaza de Al-Yarmurk, parecía ser testigo de las tensas y trágicas jornadas vividas por los habitantes de Damasco.

Los conflictos en áreas de Kafarsooseh, al parecer quedaron atrás y ya no se escucha nada que pueda indicar que fuerzas gubernamentales batían allí reductos de los grupos calificados de terroristas por las autoridades.

Resultó llamativo durante el recorrido la existencia de pocos abastecimientos en los puestos de frutas y verduras, que algunos atribuyen al cierre de algunas entradas a la ciudad, lo cual demoró el arribo de productos frescos aunque algunos transportes ya comenzaron a distribuir mercancías.

En general, la capital siria muestra signos de animación, aunque esa tensa calma parece que mantendrá aun recogidos por algunos días a los damasquinos.