“En Anaheim, la Policía disparó contra manifestantes, espectadores, incluidos niños que no hicieron nada malo. Urgimos a los ciudadanos de EE.UU. a que se levanten al unísono y derroquen el Gobierno al que no le vale ni la vida humana ni la libertad”.
La protesta congregó hasta casi 1.000 manifestantes, algunos de los cuales prendieron fuego a basureros, rompieron ventanas y arrojaron botellas y piedras a los agentes policiales. Para dispersarlos la Policía utilizó balas de goma y gases lacrimógenos.
Seis personas, incluido un policía, resultaron con lesiones leves.
Las autoridades de la ciudad anticiparon que habrá más arrestos si continúa la violencia.
Las protestas estallaron tras un incidente el sábado pasado cuando varios policías que patrullaban Anaheim se acercaron a un grupo de tres personas para pedirles que mostraran sus documentos, pero los hombres se echaron a correr. Por alguna razón uno de los policías abrió fuego, provocando la muerte de Manuel Ángel Díaz, de 25 años, quien no portaba armas. Según la versión policial, Díaz pertenecía a un grupo criminal.
El otro desenlace fatal tuvo lugar al día siguiente. Un sospechoso de 21 años murió en un intercambio de disparos con policías en la misma ciudad.
El martes pasado, la familia de Díaz interpuso una demanda de 50 millones de dólares contra las autoridades de Anaheim por la violación de derechos civiles y la muerte injustificada del joven.