Están matando a nuestros dirigentes campesinos, a los que luchan por la recuperación de las tierras en manos de terratenientes y no observamos una acción contundente del Estado para detener esta serie de asesinatos que se acercan a los trecientos. Guardar silencio, permanecer callados ante semejante situación, no puede, ni debe ser política de un Gobierno Revolucionario, de un Pueblo Revolucionario.
Es hora que enfrentemos este flagelo de forma mancomunada, con el poder coercitivo del Estado y La Inteligencia Social, utilizando todos los recursos disponibles y si no son suficientes, crear los necesarios, a fin de poner punto final a esta serie de eventos donde nosotros ponemos las víctimas y no aparecen culpables, ni materiales, ni intelectuales.
Tiene la palabra el Gobierno Nacional, el Pueblo Organizado, El Poder Popular, estamos en el deber de proteger a nuestros ciudadanos, a nuestros dirigentes campesinos, es hora de reaccionar y detener esta barbarie. Viviremos y Venceremos.