Autor: Público.es
18 de junio de 2012.- El 23 de mayo empezó la huelga de las cuencas en Asturias, León, Palencia y Teruel. En estas semanas, se han repetido los enfrentamientos con la policía, los cortes de carretera y las manifestaciones.
Hay siete mineros encerrados en sus centros de trabajo. Sólo en los últimos días, un agente de policía fue herido en un ojo y aún está en pronóstico reservado, tres periodistas están heridos y hay varias decenas de heridos entre antidisturbios y mineros, además de un hombre que quedó en estado grave el viernes después de que un tren chocara contra una barricada.
La desaparición de lo que ha sido la forma de vida de esta zona del norte de España hace que la rabia de los mineros se exprese en unas huelgas especialmente conflictivas. Con una dilatada tradición de lucha y con el peso histórico de haber sido vanguardia del movimiento obrero, los mineros cuentan con fuertes organizaciones sindicales, seguimiento y apoyo por parte de buena parte de los habitantes de las cuencas y capacidad de hacer frente a la policía. En más de una ocasión públicamente han afirmado: «No estamos indignados, estamos hasta los cojones».
Por eso, la reivindicación de estos trabajadores, que parecía haberse olvidado en pleno siglo XXI, ha despertado una gran atención en todo el mundo y comités de mineros ingleses, polacos, alemanes y belgas se han trasladado hasta Asturias para la huelga.
Y es que esta podría ser la última batalla que libren por un sector que ha vivido subvencionado desde hace más de un siglo, pues en medio de una recesión económica en un mercado globalizado la retirada de los fondos públicos que se preveían hasta 2016 puede ser el tiro de gracia para el sector.
Tras estos días de cortes de carretera, marchas pacíficas y multitudinarias en las ciudades y guerrilla en los montes, a las 00:00 de la noche empieza el paro. Los trabajadores y simpatizantes de la causa han preparado todo para una jornada que se espera especialmente conflictiva.