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1º junio 2012 – No hay tregua en los mercados. La banca española sigue siendo un problema sin solución y eso sigue siendo un pretexto para la desconfianza, que en los mercados se mide en forma de prima de riesgo. Esta valoración del riesgo país, equivalente a la diferencia de tipo de interés entre el bono a 10 años y su equivalente alemán, ha marcado un nuevo récord hoy al tocar los 547 puntos básicos, tras haber iniciado la jornada en 534. El tipo del bono a 10 años ha llegado al 6,6 por ciento (una décima por debajo del máximo que marcó el pasado miércoles) y se acerca peligrosamente al 7%, nivel que los mercados entienden que desencadenarían un rescate como sucedió en Irlanda, Portugal y Grecia.

La Bolsa española también se ha resentido. A pesar de que su principal indicador, el Ibex, ha iniciado la sesión con un alza del 0,33 por ciento y ha llegado a subir hasta los 6.152,7 puntos (un 1,03 por ciento por encima de su cierre de ayer), se mantiene en torno a su nivel de cierre de ayer.

El resto de las plazas europeas mantienen una tendencia bajista desde el inicio de la mañana, después de conocer nuevos datos que confirman la desaceleración del crecimiento en China y la perniciosa anemia de la economía de la eurozona, donde el paro alcanzó su nivel mas alto desde que en 1995 la oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat) empezó a registrar datos, al situarse en el 11 por ciento en abril y en marzo (este último dato se ha revisado al alza una décima).

Poco antes de las 14.00, la Bolsa de Londres perdía un un 0,9 por ciento, París un 1,97 por ciento, Fráncfort un 2,76 por ciento y Milán un 1,09 por ciento.

La vulnerabilidad de la eurozona sigue presionando sobre la moneda común, que hoy se ha cambiado a 1,2295 dólares, su nivel más bajo desde el 1 de julio de 2010.

En China, el índice PMI manufacturero de gestores de compras cayó en mayo hasta su menor nivel en un año, 50,4 respecto a 53,3 en abril, inferior a lo esperado. Aunque un nivel superior a 50 en este parámetro refleja expansión, la ralentización del gigante asiático preocupa a los inversores, a la vista de la vulnerabilidad de las otras grandes áreas económicas: Europa y Estados Unidos.

También se ha conocido el indicador PMI de la eurozona, que se quedó en mayo en 45,1, lejos del umbral de los 50 puntos que marca el límite entre la contracción y el crecimiento. En el caso concreto de España, este parámetro cayó a 42, su nivel más bajo desde mayo de 2009.

La huida de los inversores hacia activos que consideran seguros, como la deuda alemana y la estadounidense, está hundiendo las rentabilidades exigidas hasta mínimos históricos. Hasta tal extremo que el tipo de los títulos germanos a dos años ha llegado hoy a cotizar a -0,002 por ciento, por primera vez en negativo, lo que implica que los compradores están dispuestos a pagar, no a cobrar un rédito, por sus inversiones. La deuda alemana a cinco y 30 años también ha tocado mínimos históricos hoy 0,333 por ciento y 1,736 por ciento, respectivamente).

El bono alemán a 10 años ha llegado a rentar un 1,148 por ciento, el menor nivel registrado por Bloomberg desde 1989, y el estadounidense ha marcado también un mínimo histórico en el 1,522 por ciento. Los títulos austriacos, holandeses, finlandeses y franceses a ese plazo también han caído a mínimos, al percibirse como un refugio por los inversores.

Los mercados siguen reticentes a pesar de la ofensiva de diplomacia económica desplegada esta semana por el Gobierno español. El miércoles, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, se reunió en Berlín con su homólogo alemán, Wolfgang Schaüble y, ayer, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy habló con Angela Merkel, que poco después expresó en un discurso su apoyo a los esfuerzos del Ejecutivo español.

También ayer, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría se reunió en Washington con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, y con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Chistine Lagarde. Si al primero arrancó el apoyo de Estados Unidos a la capitalización directa de los bancos europeos (sin pasar por los Estados) por parte del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de emergencia para crisis europeo que entrará en vigor el 1 de julio, Lagarde desmintió las informaciones publicadas por The Wall Street Journal, que apuntaban a que la institución que dirige estaría trabajando en un programa de rescate para España.