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No los necesita. Si acaso, el “milagro” se lo ocasionó la misma derecha paraguaya al hacerle caso a la desesperación del traidor Federico Franco por quedarse con el “coroto”, el cual manoseó mientras el Presidente Lugo se curaba el cáncer que padeció hasta hace pocos meses.

Quizás, sumado a lo anterior, se dio el otro “milagro” el del perdón sobre perdón del religioso Lugo cuando no destituyó a Federico Franco desde el primer regreso del Centro de Salud brasileño, si ya se había enterado de las gestiones perversas del dictador de viejo molde por ocupar la presidencia, maniobras de las que supimos hasta en estas serranías venezolanas distantes a millares de leguas de los martirizados paraguayos, a los que pretenden retrotraer a la época del sufrimiento ocasionado por el dictador Stroessner.

Pero no hay mal que por bien no venga sin necesidad de milagros. El pueblo paraguayo no tendrá un Camilo Torres, pero si tiene un pueblo que despertó igual que Lázaro cuando escuchó a Jesucristo, el primer Socialista del mundo. Y aunque el sacerdote paraguayo no sea un socialista de avanzada, es el hombre que resonó el cencerro para el despertar de su gente, de manera que se sume a lucha de las ideas de las que habló, alguna vez, ese gran líder que es Fidel Castro.

He allí pues, el fatal error para la derecha paraguaya y, por extensión, como en el dominó para la clase reaccionaria y golpista de América Latina y el Caribe.

Entonces, no son los pueblos los que hacen milagros que además duran lo que un cabo de vela encendido, y ya los golpistas paraguayos y los que se fueron a rumbear con sus aplausos detrás de Leopoldo López, se están dando cuenta del error cometido. Ya están de análisis, con la moral puesta en la ensalada de la OEA, con miras a sacar conclusiones extemporáneas, mientras el pueblo paraguayo, ahora sí, está reforzando criterios que consoliden la unidad que devolverá a Fernando Lugo a la presidencia de Paraguay.

Mejor para las y los paraguayos que ese partido que los gusanos de la oligarquía carcomieron, lo distingan sus pocos seguidores con el nombre de los colorados y no los rojos. Lo cual no quiere decir que estamos sugiriendo colores partidistas al soberano paraguayo, pero los pueblos debemos aprovechar de los errores del enemigo para ponerle el INRI antes de que  acabe de morir. Y no va a ser Paraguay el que se hunda con los traidores, si ahora es cuando está en el renacer de sus legítimas instituciones.

Antes de finalizar, el porqué de este “milagrero” que se explica, por cuanto en un periódico caraqueño se reprodujo una exclamación del presidente Fernando Lugo: “!Solo de un milagro volvería!” (UN 27-06-2012). A lo que nosotros, desde la sencillez campesina en la que seguimos inamovibles, con los pueblos venezolano, el paraguayo y el mismo presidente Lugo, estamos contestes en cuanto a que los golpistas palaciegos (Federico y “jalamecates” y los cogollericos parlamentarios), visto el error que cometieron, no les queda otra opción como no sea acudir a la OEA de Insulza para que los justifique. Pero no cabe duda de que, despierto el pueblo paraguayo, los puntos electorales se le aproximarán, de manera que la canalla, aunque forcejee, tendrá que aflojar el poder y Lugo tendrá la mayoría parlamentaria apoyando su presidencia.

Patria, Socialismo o barbarie. Venceremos!