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Ninguna persona medianamente sensata puede establecer dudas respecto a que lo sucedido el viernes pasado en Paraguay corresponde a un golpe parlamentario, pero golpe de Estado al fin, contra el presidente Fernando Lugo.

Esta acción ejecutada por la derecha paraguaya tiene antecedentes lejanos y cercanos, además de informaciones y conjeturas políticas, que fácilmente nos permiten presumir su autor intelectual: el imperialismo norteamericano.

Aunque con una historia muy poco conocida en Venezuela, Paraguay fue uno de los primeros países latinoamericanos que logró un importante desarrollo nacional con un interesante nivel de autonomía digno de estudiar a profundidad, algunos autores, entre ellos el cubano Félix López en su libro “2 siglos de mitos mal curados” editado por el CELARG, ubica buena parte de estas razones en las medidas económicas tomadas por quien es considerado una importante figura de la independencia del Paraguay: el dictador Gaspar Rodríguez de Francia.

Las estrictas decisiones implementadas por Rodríguez de Francia permitieron que en Paraguay no se desarrollase la burguesía tal y como venían avanzando estas en la mayoría de los países latinoamericanos, con sus notables matices, luego de culminada la guerra de independencia; este gobierno creó además un fuerte estado centralista que hasta ese momento no se había conformado, al menos no con esa fuerza, en ningún país de las excolonias europeas al sur del rio Bravo.

Continuaron a este gobernante los nacionalista Carlos Antonio López, quien fue obligado por el gobierno gringo del presidente estadounidense Buchanan a firmar un “acuerdo” de libre navegación por los ríos Paraná y Paraguay, y luego su hijo Francisco Solano López a quien le correspondió liderar el país en la llamada guerra de la triple alianza contra Brasil, Argentina y Uruguay países que actuaron guiados por su clase dirigente como puntas de lanza de los intereses ingleses en la zona; para el momento de esta cruenta guerra contra Paraguay, a la que sobrevivió solo un sexto de su población para 1.870 y en la cual cae asesina el propio Solano López, este país contaba con una balanza comercial y productiva impresionante, que le permitía asumir sus propias inversiones sin capital extranjero.

Para el año 1864, inicio de esta vergonzosa guerra, Paraguay no tenía ni mendigos ni analfabetas, contaba con telégrafo y ferrocarril y una buena industria de producción de cañones y municiones además de un gran astillero que tenia muy molestos a los ingleses, quienes, como ya dijimos, utilizaron a las “derechas” de entonces de los países vecinos contra el Paraguay para luego repartírselo y dar una lección a las nacientes repúblicas americanas.

Es inocultable que el siglo XIX y el XX en nuestro continente estuvieron plagados del intervencionismo europeo y de manera especial por el norteamericano, y esos son datos históricos irrefutables para los derechistas y para cierta “izquierda” que niega lo del imperialismo, y que están allí para el estudio y para el estímulo a la defensa de nuestro territorio, de nuestros recursos y de nuestra decisión de no ser colonia gringa ni de nadie.

Ese más que comprobado intervencionismo, demostrado inclusive en documentos desclasificados, ha ensayado y ejecutado diversas modalidades que no siempre es la agresión militar directa, muchas veces, y con igual eficiencia y eficacia, han empleado métodos más sutiles y hasta pseudo institucionales como el golpe en Honduras del año 2009 y que en cierta manera reeditan ahora en Paraguay.

Para Junio de 2012 nuestro continente tiene las principales reservas del mundo en petróleo, impresionantes riquezas minerales, de biodiversidad y agua dulce (cuenca del amazonas y acuífero Guaraní) entre otros intereses para el sistema imperialista, pero cuenta con cuarenta y siete (47) bases militares gringas y de la OTAN para apoderarse de esos recursos lo cual pasa por aniquilar a los gobiernos, partidos políticos, movimientos sociales y hasta individualidades que opongan resistencia a sus intereses y contagien el “mal ejemplo” de la soberanía.

El golpe ya ejecutado contra Lugo, es un golpe avisado contra todo lo que huela a antiimperialismo y socialismo en América Latina, el aviso tiene casi dos siglos. Alerta