Autor: La Jornada

 

Nueva York, 8 de junio. La economía global está al borde de una nueva recesión debido al fracaso de las políticas en el mundo desarrollado para resolver la crisis del empleo, disminuir la deuda pública y estabilizar el sistema financiero, reveló hoy la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Como consecuencia, el informe de la ONU titulado Situación y perspectivas de la economía mundial 2012, ajustó a la baja el crecimiento para este año, a 2.5 por ciento, y a 3.1 para 2013, lo que supone una décima porcentual debajo de sus proyecciones de diciembre pasado.

Este pronóstico presupone que la crisis de la deuda en la zona euro no se agrave y no se ejerza aún más presión hacia medidas estrictas de austeridad fiscal en los países desarrollados, de acuerdo con el informe.

Plantea posponer las medidas de austeridad

La ONU indicó que 2012 será determinante para definir si la economía mundial afianza su lenta recuperación o más bien vuelve a caer en recesión, aunque advirtió que un crecimiento sólido requeriría aplicar políticas muy diferentes a las que ahora se aplican, que pospongan medidas de austeridad.

Asentó que las debilidades globales son las crisis de deuda pública, sectores bancarios frágiles, escasa demanda agregada –asociada con altas tasas de desempleo– y parálisis política causada por entramados políticos y deficiencias institucionales.

Estas debilidades son ya un hecho, pero un mayor deterioro en una de ellas podría desencadenar un círculo vicioso que conduzca a una grave turbulencia financiera y recesión económica, afirmó.

Se espera que los países en desarrollo sigan siendo motor de la economía mundial, pero su crecimiento para este y el siguiente año estará muy por debajo del ritmo alcanzado en 2010 y 2011.

El estudio advirtió que las economías de México y Brasil sufrirán una desaceleración económica más visible, pero mantiene sin cambios la previsión de crecimiento para 2012 de la economía mexicana, en 2.5 por ciento.

La ONU explicó que las tasas de desempleo actuales en el mundo siguen siendo mucho más elevadas que las encontradas antes del inicio de la recesión de 2008, lo que significó un déficit de 64 millones de empleos en 2011. Además, ofreció poco lugar para el optimismo.

Con la desaceleración económica mundial proyectada en el escenario de base y dado el crecimiento de la fuerza laboral en todo el mundo, este déficit se incrementaría aún más, dejando una falta de empleo de alrededor de 71 millones para 2013, sostuvo.

Las previsiones sobre el comercio mundial tampoco son favorables. El intercambio de mercancías disminuyó de 12.6 en 2010 a 6.6 por ciento en 2011, y este año crecerá apenas 4.4 por ciento y 5.7 en 2013.

Consideró que las reformas financieras –como Basilea III o la reforma Dodd-Frank en Estados Unidos– son inadecuadas para contener riesgos sistémicos, debido a que sigue siendo incierto si muchas de estas medidas son suficientes para contener riesgos subyacentes. Finalmente, estableció que una profundización de la austeridad fiscal arrastraría a la economía de Estados Unidos a la recesión.