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Quito, junio 14 – Para que ciertos medios de comunicación privados sean consecuentes con su línea de oposición al Gobierno al haberse convertido en actores políticos, no deberían transmitir publicidad estatal en sus diferentes espacios, pues esto develaría una suerte de doble moral y el fin mercantilista de los mismos, antes que el de informar con veracidad a la ciudadanía.

Bajo estos argumentos, el Secretario Nacional de Comunicación, Fernando Alvarado Espinel, instó  a las empresas que identificó como tendenciosas a que rechacen la propaganda estatal.

 

Alvarado Espinel, quien este día fue el primer invitado del espacio Diálogo Abierto que estrenó el Sistema Oficial de Información de Ecuador, El Ciudadano, fue enfático en señalar que la decisión de no conceder entrevistas a medios privados que toman posición política, es coherente con el discurso de la Revolución Ciudadana.

El funcionario de Estado recordó el doble estándar de estos medios cuando callaron ante denuncias públicas de perjuicios millonarios al Estado como el famoso negociado de la Terminal Terrestre de Guayaquil o de las frecuencias de telefonía celular, lo cual se ocultó por décadas y se dio a conocer solo a través del diario público El Telégrafo.

En ese contexto, Alvarado dijo que sería positivo que los mencionados en el marco de estos perjuicios al Estado, concedieran una entrevista a los medios públicos para que le cuenten a la ciudadanía qué pasó, lo cual no ha sucedido aún pues se han negado a responder. Ahí no se habla de la negación al acceso de la información.

Reiteró que los funcionarios de Gobierno acudirán a entrevistas en medios privados que no han incurrido en prácticas alejadas del verdadero periodismo, ni han jugado con el poder mediático para hacer negocios con el Estado, poner o sacar ministros como sucedía en anteriores Gobiernos.

Manifestó que empresas de comunicación comerciales como Ecuavisa, Teleamazonas o periódicos como el condenado diario El Universo y otros, cuando entrevistan a un opositor al Gobierno le dan todo el espacio para que mientan, injurien y acusen a funcionarios del Gobierno y al mismo Jefe de Estado sin mostrar prueba alguna; no obstante, cuando invitan a un funcionario público no le dan la misma oportunidad ni espacio, ni tiempo que a los anteriores, por el contrario, los interrumpen.

Finalmente, Alvarado garantizó que los funcionarios sí rendirán cuentas de su gestión y continuarán respondiendo directamente a los ciudadanos sin intermediarios que fungen de periodistas.