En abril del 2009 se realizó una audiencia, en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. para evaluar el papel y situación de la Agencia EE.UU. para el esarrollo Internacional (USAID).
Los expertos coincidieron en la importancia del compromiso del Presidente Obama de duplicar el presupuesto de asistencia exterior. Sin embargo, esta supuesta ayuda al desarrollo no tuvo en la audiencia un enfoque solidario para contribuir a resolver los “bolsones” de miseria y atraso que persisten en América Latina, merced la explotación a que han sido sometidos y las políticas neoliberales de las últimas décadas.
Tal y como se analizó allí, la ayuda al desarrollo y la potenciación de la USAID, se concibió como una necesidad para lograr los objetivos de política exterior y seguridad de EE.UU. ante retos tales como los nuevos gobiernos considerados hostiles a EE.UU.
De manera que es el desafío de ganar espacios de influencia y control lo que moviliza la ayuda, y aunque la audiencia no se enfocaba hacia un área regional específica, dentro de los gobiernos considerados hostiles se cuentan los países del ALBA, contra los cuales EE.UU. desarrolla su política de agresiones. Entre las metas analizadas estaba la de rescatar la autoridad de la USAID sobre su presupuesto y control de las asignaciones de recursos a los diferentes países.
Todo este esquema en consonancia con el llamado “soft power” que debía emprender el gobierno de Obama y con el cual enlazan los golpes de Estado, de un aparente nuevo estilo, donde los actores son las alianzas de la extrema derecha en los Congresos de los países, tal y como se manifestó en Honduras y en Paraguay.
En este esquema aparece en la USAID un personaje de la larga historia al servicio de los intereses del gobierno norteamericano: Mark Barry Feierstein.
Sobre este personaje escribió el analista, periodista e investigador José Steinsleger en La Jornada: “El día que el hondureño Valenzuela fue asesinado, el presidente Barak Obama nombró a Mark Feierstein director general dela USAID. La hoja de servicios ameritaba el cargo: experto en guerra de cuarta generación (desinformación), dueño de Greenbarg Quinlan Rosler (firma que ofrece orientación estratégica sobre campañas electorales, debates, programación, investigación), jefe de proyectos para derrocar a los sandinistas en el decenio de 1990, articulista de The New York Times, asesor especial del embajador de William Clinton en la OEA y del prófugo de la justicia Gonzalo
(Goni) Sánchez de Losada, ex presidente de Bolivia.”
(http://www.jornada.unam.mx/2011/11/16/opinio/025alpol )
“Goni” fue quién ordenó la masacre sangrienta que causó la muerte de 67 personas, y heridas a unas 400 casi todas civiles, durante la denominada ‘Guerra del gas’, en octubre 2003. Prófugo de la justicia boliviana, radica ahora en EEUU. Se dice que la justicia boliviana también reclama a Feierstein por estar implicado en esa matanza.
El rol desempeñado por Feierstein en Nicaragua fue como “Gerente de Proyecto” en la operación sucia realizada por la National Endowment for Democracy (NED), donde se vinculó a las acciones contra los andinistas en las elecciones de febrero de 1990, que le dieron el triunfo a la derecha nicaragüense, encabezada por Violeta Chamorro.
Sin sonrojos, como cita un artículo, recientemente declaró Feierstein, que Cuba y Venezuela “son dos de los países a los que seguimos dando un aporte muy importante a grupos cívicos, (los grupos contrarrevolucionarios conocidos en Cuba como “grupusculeros”).
(http://www.elnuevodiario.com.ni/politica/254744-usaid-baja-apoyo-a-paises-alba.)
Sin embargo, no son solo Cuba y Venezuela. No es un secreto que la USAID desarrolla centenares de programas en la región latinoamericana para promover la democracia según el diseño norteamericano, entre otros, el financiamiento a los grupos y partidos políticos afines a sus intereses y opositores a los llamados “gobiernos hostiles”.
Según Prensa Latina, el propio Mark Feierstein, confirmó que su país mantiene una estrecha cooperación con organizaciones de oposición en las naciones que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). (http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&;task=views&id=518069&Itemid=1
La Congresista republicana de ultraderecha Ileana Ross ha protestado airadamente por el recorte a los presupuestos para el trabajo de la USAID en países del ALBA lo cual, según ella, traslada un mensaje equivocado a los grupos opositores.
Sin embargo, el capo de la USAID para América Latina se encargó de precisar en una comparecencia en marzo de este año, que pese a los recortes realizados para Ecuador, Nicaragua y Bolivia, el apoyo sigue siendo importante, porque los recursos van destinados a la promoción y lucha por la “democracia” (léase contribuciones a los partidos opositores).
Paraguay: La historia más reciente de la USAID.
Una entrevista realizada a Mark Feierstein en Paraguay y publicada el 20 de marzo de 2012 por Víctor Pizzurno, da cuenta de las consideraciones de este ejecutivo sobre la “mejoría” que presenta Paraguay en diversos ámbitos de la vida nacional en los que la USAID tiene presencia. (http://www.abc.com.py/edicion-impresa/economia/paraguay-mejoro-en-varios-ordenes-destaca-una-autoridad-de-usaid-381338.html)
Como si de su país se tratara, Feirstein evalúa los progresos paraguayos en diversos renglones de la vida nacional tales como la corrupción, el enfrentamiento a la delincuencia, la producción campesina, a través de programas tales como Umbral, en la lucha contra la corrupción y el programa Paraguay Productivo, para los agricultores campesinos, en todos los cuales está la cooperación dela USAID.
Con solo leer la entrevista podemos percatamos de los accesos que la USATD detenta en
Paraguay: Corte Suprema de Justicia, Senado y Ministerio Público. Según la entrevista, por cuenta de la USAID se instaló en ministerios e instituciones estatales una herramienta llamada MECIP (Modelo Estándar de Control Interno) para realizar el control interno de manera unificada.
Para los procedimientos aduanales se inauguró, también por cuenta de la USAID, un Centro de Atención y Reclamos para que la ciudadanía ejerza su derecho de realizar denuncias, al tiempo que instaló la Ventanilla Única del Importador (que recibió reconocimiento internacional de parte de la Organización Mundial de Aduanas (OMA). También la USAID facilitó programas para proteger la propiedad Intelectual, la venta de medicamentos, entre otros perfiles para evitar la piratería.
Sin embargo. Feierstein no habló de todos los programas y de la manera que la USAID a través de “Umbral” interviene en el Paraguay.
“Umbral” viene de la época de Nicanor Duarte con un financiamiento de 35 millones en una primera etapa y de 30 en la segunda, lo que evidencia la envergadura de sus propósitos dirigidos a controlar prácticamente todos los componentes del estado y el tejido social y político paraguayo, instituciones gubernamentales a todos sus niveles, incluidos los municipales y departamentales, instituciones fiscales, instituciones públicas, de servicios, incluso algunas de carácter estratégico, como son las instituciones migratorias, de registro civil e identificación, partidos y organizaciones
políticas y de masas.
Uno de los más relevantes, y de este sí habla el ejecutivo de la USAID, es el Manual Policial. Tal y como lo presenta en la entrevista, constituye un apoyo norteamericano al Ministerio del Interior paraguayo, a través de Umbral, y que permitió una mejor preparación de la policía en la calidad de la atención al ciudadano, lograr el primer Manual de Uso de la Fuerza, con capacitación sobre derechos humanos y otras bondades para el sistema policial. En este, como en todos sus programas, la USAID utiliza un lenguaje sibilino, presentándose como favorecedor de las instituciones democráticas, la gobernabilidad, la formación de nuevos liderazgos, el fortalecimiento de la sociedad civil, la salud pública y la lucha contra la corrupción, entre otros.
Tal lenguaje confunde a muchos. Otros van tras el dinero que el mismo proporciona. Sin embargo, hay que ser ingenuo para no percatarse que con estos programas EE.UU. ni siquiera necesita una estación CIA para disponer del control del país, su aparato estatal, todas sus vulnerabilidades y hasta el funcionamiento policial.
De hecho, se ha planteado que la estrategia de la Embajada de EE.UU. en Asunción, ha estado dirigida a evitar se profundizara y radicalizara el Gobierno de Lugo y para ello ha contado esencialmente con los programas enunciados.
Queda mucho por investigar sobre el real rol de EE.UU. en este último golpe en
Paraguay, pero que la USAID está sobrando en América Latina, no debe ponerse en
duda.