La conferencia asiática de seguridad concluyó hoy en Singapur con una advertencia sobre la creciente amenaza de la «ciberguerra» y la necesidad de reforzar la protección marítima cuando la región emerge como motor de la economía global.
La campaña de ciberataques realizada por Estados Unidos contra el programa nuclear de Irán, desvelada por el diario New York Times el viernes, y los regulares ataques informáticos cometidos por Corea del Norte al sistema de vigilancia satelital de su vecino de Corea del Sur, fueron algunos de los ejemplos de esta amenaza citados durante la reunión de tres días.
De acuerdo a la información del citado rotativo, los ciberataques de Estados Unidos tenían el objetivo de evitar que Irán desarrolle capacidad para lanzar un ataque nuclear en el futuro próximo y consiguieron inhabilitar mil centrifugadoras de la planta iraní de Natanz.
El ministro de Estado británico para las Fuerzas Armadas, Nick Harvey, dijo durante su intervención que, aunque desconocía los datos específicos del caso Natanz, los ciberataques con carácter preventivo para neutralizar supuestas amenazas contra la seguridad nacional son un recurso a tener en cuenta.
«Diré que, si un Gobierno llega a la conclusión de que precisa hacerlo por intereses nacionales o por seguridad, enviar un efecto contra un adversario podría decirse que es una opción civilizada», señaló Harvey, miembro del panel que abordó los nuevos escenarios bélicos que surgen en el siglo XXI.
Según la multinacional estadounidense de seguridad informática McAfee, todos los países deben extremar las medidas de prevención y elevar su capacidad para hacer frente a la ciberguerra, cuyo objetivo en 2012 serán sistemas informatizados de infraestructuras básicas (agua, gas, electricidad, etc.).
La llamada ciberguerra, aseguran los expertos, es consecuencia de la dependencia masiva de redes militares y gubernamentales de los sistemas informáticos.
«El control y dominio del ciberespacio es hoy primordial antes y durante cualquier despliegue militar», apuntó el ministro malasio de Defensa, Ahmad Zahih Hamidi.
La postura del ministro Harvey fue compartida por su homólogo de Canadá, Peter Gordon Mackay, quien en su exposición señaló que los ciberataques contra enemigos del Estado son una «política de seguro» contra la que «hay que estar preparado» a pesar, precisó, del «precio prohibitivo que tienen algunas de estas tecnologías».
«Es necesario una cerrada cooperación entre el Estado y el sector privado en este escenario, y además un esmerado trabajo de los servicios de Inteligencia», añadió Gordon.
Por su parte, el ministro malasio de Defensa dijo a sus homólogos y expertos que se dieron cita en la conferencia, denominada Diálogo de Shangri-La, que, aunque la ciberguerra ha empezado, la mayoría de los Estados están escasamente preparados para ella, sobre todo en materia de inteligencia.
«Lo que continúa siendo inquietante es que la ciberguerra no la necesitan hacer organismos estatales, sino que entidades o individuos pueden llevarla a cabo con la intención de causar daño al Estado», apuntó el ministro malasio.