Para asegurar el dominio sobre sus recursos naturales, los países de la CELAC deben realizar un censo integral de la biodiversidad y riquezas de la región y fijar los límites razonables para su explotación. Declarar reservas forestales y aguas como bienes del dominio público no susceptibles de privatización ni explotación. Anular las concesiones extranjeras sobre recursos, expulsar industrias depredadoras y contaminantes y promover el control nacional de las empresas que extraigan y transformen recursos naturales. Para perfeccionar la comunicación vial en su vastísimo territorio de medio continente, los Estados de la CELAC deben integrar en una sola arteria fluvial los grandes ríos suramericanos, concluir la red ferrocarrilera que comunique todos nuestros países y excavar un segundo canal interoceánico bajo control regional. Para proteger la naturaleza, es preciso además que se adopten políticas comunes para contrarrestar el cambio climático, enfrentar los desastres causados por él y así asegurar una mejor vida e independencia alimentaria de la población. La Celac por ahora ha encontrado la forma de funcionar con una presidencia pro tempore, a cargo del país organizador de la Cumbre, apoyada en una “troika” Las próximas Cumbres serán en Chile en julio de este año 2012, en Cuba en el 2013 y en Costa Rica en el 2014 y sus presidentes se integrarán en este órgano colegiado. El presidente panameño Ricardo Martinelli propuso servir de sede a la eventual secretaría permanente de la CELAC, decisión que también quedó pendiente, y por ahora el organismo sólo tendrá una cumbre de presidentes, una reunión de cancilleres, y además de la troika con reuniones especializadas.
Existe también un estatuto de procedimientos y una declaración especial sobre la defensa de la democracia y el orden constitucional que daría autoridad a los Estados miembros a actuar en caso de ruptura democrática en cualquier país de la región, para que no se repita lo sucedido en junio de 2009 en Honduras con la deposición del presidente Manuel Zelaya. La reunión también aprobó una veintena de acuerdos en materias tan disímiles como la reclamada soberanía argentina sobre las islas Malvinas, el rechazo al embargo estadounidense a Cuba, y el apoyo al cultivo y uso tradicional de la hoja de coca, una permanente demanda del presidente boliviano Evo Morales, quien aprovechó la cumbre además para reclamar una salida al mar para su país. Rafael Correa apremiaba a la CELAC para tener una comisión de derechos humanos sin sesgo norteamericano, el presidente ecuatoriano mostró una vez más su vehemente oposición a que los problemas latinoamericanos se vayan a discutir en Washington D.C., capital de los EEUU. Enormes diferencias sociales separan a los 550.018.000 habitantes de la CELAC, pues lamentablemente América Latina es la región del mundo con mayor desigualdad, en ella el 5% más rico se apropia el 25% del ingreso nacional. Esta desigualdad, cuyo origen se remonta a la colonización europea en el siglo XVI, dando esto lugar a numerosas revoluciones y movimientos sociales en la historia contemporánea de estas naciones.