El estudio titulado «Niños pobres en países ricos» abarcó a los 27 miembros de la Unión Europea, más Islandia, Noruega, Suiza, Canadá, Estados Unidos, Japón, Australia y Nueva Zelanda.
El estudio analiza dos grandes variantes, una de ellas la llamada pobreza relativa, la cual corresponde a los infantes de hogares donde el ingreso es equivalente a la mitad del promedio nacional.
La otra es la situación de privación, que ocurre cuando un menor carece de dos o más de los 14 elementos considerados indispensables, como la alimentación, condiciones para estudiar, libros adecuados a su nivel de conocimientos y otros.
En cuanto a la participación estatal para combatir estos flagelos, Francia ocupa el primer lugar europeo con un gasto de 3,7 por ciento del Producto Interno Bruto pero, a pesar a ello, aún el 10,1 por ciento de niños sufren carencias y 8,8 están en pobreza relativa.
Según Fabienne Quiriau, presidenta de la Comisión Infancia de la delegación francesa de Unicef, otras fuentes indican que en el país galo hay al menos 600 mil menores mal alojados y 20 mil sin domicilio fijo.
Si bien las autoridades lograron reducir la tasa bruta de pobreza relativa infantil del 19,4 al 8,8, otros países con menos gastos alcanzaron resultados más favorables, señala el informe.
Quiriau afirmó que para mejorar los efectos de la inversión estatal en esta materia hace falta crear un observatorio nacional de la niñez y la juventud, así como un mecanismo de compensación de la pobreza para acompañar a los menores y sus familias.
Los resultados confirman un diagnóstico elaborado por Unicef Francia y presentado a los partidos políticos para ser tomado en cuenta durante las elecciones presidenciales y legislativas de este año, informó Quiriau.