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20 de mayo de 2012.- Decenas de miles de personas de muy variada procedencia política y social acudieron ayer a la marcha convocada para repudiar la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto y al partido que lo postula, el PRI en ciudad de México.
La movilización, convocada desde las redes sociales, con punto de partida en el Zócalo y con destino en el Ángel de la Independencia, no se desvió de su propósito: la inmensa mayoría de las consignas fueron dirigidas en contra del abanderado priísta, de su partido y de Televisa, acusada de apoyar al político mexiquense, y del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, señalado como padrino político de Peña Nieto.
En inglés castellanizado: «Guan, tu, tri; ni un voto por el PRI; tri, tu, guan; ni un voto por el PAN». O frases como: “Peña Nieto tiene la tele, pero nosotros tenemos las calles y las redes”; “Yo soy prole, pero sé leer”, y «Yo no voto por ti; te lo firmo y te lo cumplo».

En escala menor, también se llevaron sus raspones la candidata del Partido Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota; el jefe del Ejecutivo, Felipe Calderón, y la dirigente vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, quienes fueron blanco de las críticas y la burla de la multitud.

Otro de los reclamos más escuchados a lo largo del recorrido se refería a la represión y los abusos policiacos cometidos contra los habitantes de San Salvador Atenco cuando Peña Nieto era gobernador del estado de México. En esos momentos el grito repetido incontables veces era: «¡Asesino!»

Los cálculos sobre el número de asistentes variaron ostensiblemente durante la jornada. Mientras Televisa citaba a la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal para difundir en Twitter que eran 10 mil los manifestantes, la cadena CNN México afirmaba en la misma red que había 46 mil, «según autoridades capitalinas».

La multitud informaba a su modo: «No somos uno, no somos cien, prensa vendida cuéntanos bien».

Después de su llegada al pie del monumento, pasaron casi dos horas para que arribara el último contingente. A esa hora, desde la base de la columna de Paseo de la Reforma no se le veía fin al tapiz multicolor formado por la gente que avanzaba cubriendo a esa altura todo lo ancho de la avenida.