Juan Francisco Coloane

 

La Alianza Transatlántica con el liderazgo de Estados Unidos han decidido levantar un escudo contra misiles en los bordes orientales de Europa que colindan con Rusia y fortalecer a la OTAN con instrumentos de control y vigilancia. En esta iniciativa hay que agregar un incremento presupuestario en áreas más agresivas. A pesar de los cortes en gasto militar en 20 de los 28 países que forman la OTAN, la redistribución del presupuesto consiste en fortalecer precisamente áreas sensibles, todas relacionadas para llevar a cabo mecanismos seguridad y defensa que implican reducir el riesgo de un ataque nuclear.

El concepto de “Smart Defense” o de defensa inteligente no significa reducir el riesgo de proliferación de arsenales incluyendo el nuclear, sino que lo aumenta porque genera un clima global de alta demanda por nuevas tecnologías que entran en el mercado de la defensa y en el marco de los países más vulnerables con vastos recursos físicos o ubicados en zonas estratégicas privilegiadas.

Desde cierto ángulo tiene sentido que la OTAN desplace un mecanismo preventivo frente un débil proceso de desarme nuclear y un frágil sistema de relaciones internacionales marcado por los desequilibrios que parecieran ser constructos deliberados para continuar con la carrera armamentista que favorece claramente la supremacía de las grandes potencias. ¿Es este crecimiento del rol de la OTAN, el principio del fin del multilateralismo tal como lo hemos observado hasta ahora? La comunidad entera de países que forman la ONU tiene mucho que decir. Los pueblos que votan a sus gobernantes también, porque este tipo de decisiones que aumentan la incertidumbre bélica no congenian con la bullada construcción de democracias republicanas a la manera de que Occidente las enfoca para mantener la supremacía de las potencias tradicionales.

El 70 % del presupuesto global en defensa pertenece a la OTAN aún cuando en la última década China ha hecho crecer su presupuesto en defensa en 189%, Rusia en 82% y Arabia Saudita en 63 %, India en un 54%. Por su parte Estados Unidos ha crecido su presupuesto en defensa en un 81%. (SIPRI.2011).

Todo tiene una clara reminiscencia de Guerra Fría como si el comunismo estuviera ad portas. Formar una gran alianza militar para enfrentar la guerra en Corea con la anuencia de Naciones Unidas para detener la expansión comunista desde China con la asunción del gobierno de Mao, era el objetivo de esa alianza militar internacional cuando la OTAN apenas era gestada en 1949. La historia se repite en un contexto diferente. La amenaza tipificada como de comunista que instó a formar esa inmensa alianza no existe y tampoco un equivalente de la envergadura como la EXURSS y sus aliados. ¿Cuáles son los motivos de fondo para que la Alianza Transatlántica refuerce la OTAN siendo que ni China ni Rusia han demostrado tener intenciones de expandirse hacia Europa Occidental?

Una lectura inicial señala que este reforzamiento de la OTAN es profiláctico y responde al criterio neoconservador aplicado en Afganistán e Irak de la necesidad de la acción preventiva, que no es más que establecer una tensión permanente en torno a la seguridad de Estados Unidos y Europa Occidental.

En una segunda mirada el reforzamiento de la OTAN es por la escalada armamentista a escala mundial y en particular en los países que rodean el Golfo Pérsico, cuál más cuál menos con ambiciones de poseer armamento nuclear. Desde que Israel lo posee y no demasiado lejos India y Pakistán y en un futuro Irán, Arabia Saudita, la idea de nuclearizar la defensa adquiere cada vez más fuerza. El profundo desequilibrio de poderío bélico nuclear que prevalece en el mundo estimula el clima para un crecimiento de las ambiciones nucleares en los países que se ven afectados por estar rodeados de zonas o países con armas nucleares.

El caso paradigmático es Irán y es así que cualquier argumentación para impedir que Irán acceda a armamento nuclear bajo el clima señalado pierde sustentación. La Comunidad Europea ha asumido su fragilidad interna, que es política y económica. Ya no es la unidad cohesionada que le hacía frente en una primera línea a la expansión soviética. La Comunidad Europea y sus 27 naciones en esta fase de la crisis económica no tienen suficiente liquidez para protegerse de la potencial amenaza bélica que podrían significar Rusia y China o cualquier otra potencia de menor calibre que esté en condiciones de acceder al poderío bélico nuclear.

La CE debe hacer frente a una amenaza de doble punta. Primero está literalmente en banca rota con países políticamente emblemáticos como España, Francia e Italia con altas deudas fiscales y crecimiento contraído. Segundo, exhibe extrema inquietud porque no ha resuelto una amenaza histórica de compartir una misma masa de tierra continental con dos inmensas naciones como Rusia y China. Si bien no son enemigos directos, al menos están ubicadas en una trinchera diferente con sus propias ambiciones.

Por otro lado a la ONU se le ve acorralada políticamente al permitir que se desarrolle un supra poder multinacional como la OTAN convertida en un sustituto de la ONU como instrumento de intervención y pacificación para resolver conflictos internacionales que alteran la paz y el orden mundial.

La ONU a través de su Consejo de Seguridad no ha manifestado comentario alguno respecto a esta evolución de la OTAN convertida en una superpotencia militar de carácter multinacional. Políticamente es una encrucijada porque tres de los cinco miembros de ese consejo, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido forman parte central de la OTAN. Los otros dos son Rusia y China y allí termina el reducido espacio de un poder altamente centralizado que cada día le hace más daño al sistema internacional porque se trata de un desequilibrio deformante y distorsionador de la democracia que se quiere propagar.

(especial para ARGENPRESS.info)

http://www.argenpress.info/2012/05/…