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El puzzle griego no encaja. La izquierda de Syriza rechazó ayer sumarse a una coalición con la derecha (ND), los socialdemócratas (Pasok) y una escisión de la propia Syriza (Dimar) al estimar que supondría una coartada para aplicar los recortes impuestos por la UE. Ante el fracaso de este intento, que dirigió el líder del Pasok, Evangelos Venizelos, la última oportunidad está en manos del presidente del país, aunque todo acerca a Grecia a nuevas elecciones.

Después del fracaso ayer de la formación socialdemócrata Pasok para formar gobierno en Grecia, que sigue a los intentos del derechista Nueva Democracia y la izquierda de Syriza, el país se encamina a la repetición de las elecciones legislativas. El último intento lo hará el presidente del país, Carolos Papulias que convocará a todas las fuerzas políticas, incluidos está vez los neonazis de Nuevo Amanecer, con los que el resto de partidos se niega a sentarse.

Pero las discrepancias en torno a las duras condiciones impuestas por la UE, el BCE y el FMI para seguir prestando dinero a Grecia son demasiado grandes y ni siquiera los partidos que las suscribieron -ND y Pasok- son capaces de asumirlas ahora en su totalidad.

El líder del Pasok, Evangelos Venizelos, anunció que informaría hoy al presidente del país y «espero que en la reunión cada uno asumirá sus responsabilidades».

Venizelos intentó ayer lograr la participación en el gobierno de la coalición de izquierda Syriza tras el acuerdo que había obtenido el jueves del líder de la derechista Nueva Democracia (ND), Antonis Samaras, y de Fotis Kouvelis, líder de Dimar (Izquierda Democrática), una escisión de Syriza.

«Quieren una coartada»

Pero Tsipras rechazó la propuesta, acusando a los tres partidos de alinearse con la política de austeridad. «No es Syriza la que renuncia» a participar sino «el veredicto del pueblo griego», afirmó Tsipras, tras su reunión con Venizelos, en referencia alresultado electoral.

«Estamos ante una línea común de tres partidos que quieren la aplicación de la política pro-austeridad con una coartada de la izquierda», añadió el líder de la izquierda radical.

Venizelos le reprochó que su creciente popularidad ha de ir acompañada de «más responsabilidad y no de más arrogancia», y le acusó de estar especulando con la convocatoria de nuevas elecciones, en las que, según los sondeos, Syriza sería esta vez el ganador.

El líder de Dimar ya había adelantado que solo se coaligará con las formaciones partidarias de las impopulares medidas de ahorro si también entrara Syriza. Dimar plantea «una desvinculación gradual de los compromisos de austeridad, garantizando siempre el mantenimiento del país en el euro».

Pasok y ND, que fueron castigados por los electores por su respaldo a los recortes, han intentado desesperadamente formar un Ejecutivo que eviten las elecciones, incluso planteando renegociar los términos del acuerdo con la UE, lo que Bruselas rechaza claramente. Los 19 escaños de Dimar bastarían para que un tripartito con Nueva Democracia y Pasok tuviera la mayoría absoluta, pero el líder de los conservdores, Antonis Samaras, admitió que no podría formarse ningún gobierno sin el aval de Syriza. Aun así criticó que «ahora es necesario que salvemos al país, no del populismo del Pasok sino del de Syriza, que es aún más peligroso».

Nervios en Europa

La crisis política griega ha extendido el nerviosismo entre sus socios europeos y en los mercados financieros internacionales. Desde Alemania se amenaza claramente con la salida del euro. «Estoy muy inquieto a propósito de la situación en Grecia. Apelo a la responsabilidad nacional de todos los dirigentes políticos con el fin de encontrar un acuerdo que respete los compromisos del país y asegure su futuro europeo», declaró el presidente de la UE, Herman Van Rompuy.

Igualmente, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, elevó el tono asegurando que «Grecia deberá abandonar la zona euro sino respeta los compromisos presupuestarios adoptados a cambio del plan de rescate que ha evitado su quiebra».

Berlín afirma que la eurozona soportaría la salida del socio griego

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, considera que la eurozona soportaría sin grandes problemas la salida de Grecia del euro y de la Unión Monetaria. «Hemos aprendido mucho en los últimos dos años y desarrollado mecanismos de defensa. Los peligros de contagio a otros países se han reducido y la eurozona es mucho más resistente en su totalidad», afirmó Schäuble en declaraciones al diario «Rheinischen Post». Asimismo, aseguró que «es errónea la impresión de que no seríamos capaces de reaccionar a corto plazo ante un imprevisto» y subrayó que «Europa no se viene abajo tan rápidamente».

En cuanto a las dificultades para la formación de un Gobierno de coalición en Grecia, lanzó una advertencia clara a las fuerzas que se oponen a las drásticas imposiciones de la UE. Schäuble dijo que «nadie amenaza a nadie» pero calificó de «peligroso engañar a los ciudadanos asegurando que existe otra vía más sencilla para sanear Grecia, evitando toda dureza. Eso es un sinsentido». Finalmente, recordó que «los Estados europeos y los acreedores privados se han esforzado de forma extraordinaria para favorecer a Grecia. Se ha hecho lo que era posible» y pidió al país heleno «comprensión cuando a cambio debe cumplir con sus compromisos».

Un sondeo revela que el 73 % de los alemanes es partidario de que Grecia abandone la zona del euro. La agencia de calificación Fitch advirtió de que, en ese caso, colocaría las calificaciones del resto de miembros de la eurozona en vigilancia con implicaciones negativas, paso previo a una rebaja general de «rating» a corto plazo.