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Ambos fueron juzgados y condenados en 2002, pero desde entonces ellos permanecían en libertad. Fueron diez años que los policías estuvieron presentando innumerables recursos al Poder Judicial.
Con eso, el juez Edmar Pereira, de la primera sala del Tribunal del Jurado, expidió el mandado para que los condenados cumplieran las sentencias.
Pantoja había sido condenado a 228 años de prisión, y el mayor Oliveira a 158 años y 4 meses, pero la ley penal brasileña permite el cumplimiento máximo de 30 años de reclusión.
“Es importante esperar el cumplimiento del mandado, que se haga efectiva la prisión, porque sólo así podremos decir que la impunidad llegó a su fin. La sola expedición de un documento no garantiza nada”, afirma Giane Alvarez, abogada del MST.
“De todos los crímenes que producen contra labriegos en el estado de Pará, son raras las veces que los autores intelectuales o los autores directos de los crímenes sean condenados. Y cuando son condenados es más raro todavía que ellos lleguen a cumplir las decisiones tomadas por la justicia”, destaca Giane.
Según ella, la resolución de los problemas relacionados a la cuestión agraria del país no se limita solamente con al problema de la impunidad.
«El desenlace de ese caso tiene un carácter efectivamente simbólico de cambio del estado de cosas de aquella región. La idea de la impunidad puede tener un cambio de curso. No resolverá todo de una hora para otra, pero ya es una buena señal”, puntualiza Giane.
Masacre de Eldorado dos Carajás
La Masacre de Eldorado dos Carajás se produjo en 1996, durante un operativo de la Policía Militar para reprimir el tráfico de la carretera PA 150, en el municipio de Eldorado do Carajás, sudeste del Pará.
En la acción, 19 trabajadores rurales del MST fueron muertos en la hora por la PM. Otros dos murieron horas después debido a las heridas de la acción truculenta. Más de 60 personas quedaron heridas, muchas de ellas con secuelas que tendrán para el resto de la vida.
Aunque participaron del operativo más de 150 policías militares, sólo Pantoja y Olivo fueron condenados por la muerte de los trabajadores.
El gobernador de la época Almir Gabriel (PSDB) no fue sancionado.