
Los hechos fueron protagonizados por organizaciones de izquierda, entre ellos el MST, PO, Partido Revolucionario Comunista (PCR), y de la Corriente Estudiantil Popular y Antiimperialista (CEPA) y Quebracho, quienes se enfrentaron con la policía que resguardaba la sede diplomática.
Se pudo observar que los manifestantes lanzaron bombas molotov a las fuerzas de seguridad, tras recibir chorros del carro lanzaaguas, balas de goma y gases lacrimógenos por parte de la policía. Los activistas reclamaban la soberanía argentina de las Islas Malvinas.
“Ratificamos que las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur forman parte indisoluble de nuestro territorio, y que el camino que debemos seguir como pueblo es de la unidad latinoamericana con posiciones firmes”, anunciaron las agrupaciones en un comunicado.
Finalmente, en la sede del HSBC, los militantes de la agrupación Quebracho arrojaron pinturas, huevos y residuos, mientras que en la Embajada del Reino Unido prendieron fuego una bandera inglesa.
Temprano, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, sostuvo que “es una injusticia que en pleno siglo XXI haya un enclave colonial” en las Malvinas y reiteró sus quejas porque el Reino Unido está “depredando” recursos en el archipiélago.
Fernandez encabezó en la sureña ciudad de Ushuaia el acto central en conmemoración de los 30 años de la guerra de Malvinas, donde reivindicó la política de su gobierno e insistió en una serie de reclamos.
“Resulta absurdo” reclamar como propio el territorio de las islas, tras recordar que “integran la plataforma marítima de la Argentina”, afirmó la mandataria.