Las personas cercanas al proceso dijeron que los investigadores del comité, que han examinado registros del Gobierno del presidente George W. Bush, creen que no hay evidencia para respaldar las afirmaciones de algunos partidarios de Bush de que los métodos condujeron a golpes anti-terroristas.
Los defensores de esas técnicas, que incluyen el “ahogamiento simulado”, la privación del sueño y otras prácticas que los críticos definen como torturas, sostienen que han permitido el desbaratamiento de grandes planes terroristas y la captura de líderes de Al Qaeda.
Un funcionario dijo que los investigadores no hallaron evidencia de que los interrogatorios hayan tenido “algún rol significativo” en las operaciones de Inteligencia que derivaron en el hallazgo y asesinato de Osama bin Laden en mayo pasado.
El presidente Barack Obama y sus colaboradores se han resistido a analizar las controversias del Gobierno de Bush. Pero el debate por la efectividad de los interrogatorios está volviendo a surgir, en parte gracias a un nuevo libro de un ex integrante de la CIA.
En “Hard Measures”, que se publicará el lunes 30 de abril, el ex jefe de operaciones clandestinas de la CIA, José Rodríguez, defiende el uso de prácticas como el ahogamiento simulado, en el que se arroja agua a una persona que tiene la cara cubierta para simular que se está ahogando.
“Incomodamos por algunos días a terroristas de Al Qaeda con sangre estadounidense en sus manos”, dice Rodríguez en una entrevista con el programa “60 Minutes” de CBS News, que saldrá al aire el domingo 29.
“Estoy muy seguro de lo que hicimos y confío en que lo que hicimos salvó vidas estadounidenses”, agregó.
Durante casi tres años, la mayoría demócrata en el comité de Inteligencia del Senado ha estado realizando lo que se conoce como la primera investigación sistemática sobre la efectividad de estas técnicas de interrogación extremas.
NO HAY EVALUACION CIENTIFICA
La CIA dio al comité acceso a millones de páginas de registros escritos detallando las operaciones diarias del programa de interrogatorio, incluyendo descripciones gráficas de cómo y cuándo se empleaban las controvertidas técnicas.
Las fuentes aceptaron discutir el tema en condición de anonimato debido a que el reporte no está finalizado.
El objetivo es realizar una evaluación metódica acerca de si las técnicas reforzadas de interrogatorio condujeron a avances genuinos en Inteligencia o si produjeron más pistas falsas que reales.
Funcionarios de Inteligencia reconocieron que, a pesar de que se aplicaron los elementos más duros del programa, la CIA nunca realizó un examen científico sobre su efectividad.
El Gobierno de Bush sólo usó el ahogamiento simulado en tres sospechosos capturados. Uno de ellos fue Khalid Sheikh Mohammed, el autor intelectual de los ataques del 11 de septiembre del 2001.
Otras técnicas coercitivas incluyeron la privación del sueño, obligar a las personas a agacharse o estirarse en posiciones extremas y golpear a los detenidos contra paredes flexibles.
La CIA comenzó a abandonar las técnicas en el 2004 y Obama las prohibió poco después de asumir la presidencia.
Una razón por la cual la investigación tardó tanto es que, en el 2009, los republicanos abandonaron el comité diciendo que el panel no iba a poder entrevistar a los testigos para garantizar que el material documental fuera reportado en el contexto apropiado debido a las investigaciones criminales en curso.
Los defensores del programa de la CIA, entre los que se encuentra el ex vicepresidente Dick Cheney, lo han calificado como una medida necesaria, aunque desagradable, que pudo haber evitado planes extremistas y salvado vidas.
La mayoría dice que el objetivo de usar métodos físicamente coercitivos no fue directamente extraer información sobre planes inminentes, sino más bien convencer a los sospechosos de que cooperen en los futuros interrogatorios.