
Para Lavrov, «las declaraciones que se escucharon en Estambul y las intenciones de proporcionar apoyo directo, en particular, el militar y el logístico, a la oposición armada externa se contradicen sin duda con los objetivos del arreglo político del conflicto civil en Siria», informó la portavoz adjunta de la cancillería, María Zajárova.
Moscú instó a gobiernos extranjeros a «no instigar las guerras intestinas sino conseguir a la mayor brevedad y asegurar el cese del fuego y de la violencia, así como un amplio diálogo inclusivo para encontrar soluciones que convengan a todos los sirios, tal y como está previsto en el plan de Kofi Annan».
«Es la única manera de garantizarle al pueblo sirio el derecho de decidir por cuenta propia, sin injerencias externas, su futuro, incluida la elección de gobernantes legítimos y de organismos representativos», reza el comunicado difundido por la agencia Ria Novosti.
El pasado 27 de marzo, de acuerdo a un comunicado de Naciones Unidas, el presidente de Siria, Bashar Al Assad aceptó el plan de seis puntos propuesto por el enviado especial del organismo multilateral y la Liga Árabe, Kofi Annan.
El ex secretario general de la ONU calificó la repuesta de Damasco como propicia para crear «un ambiente favorable para un diálogo político que permita satisfacer las legítimas aspiraciones del pueblo sirio», informó el vocero oficial de Annan, Ahmad Fawzi.
La hoja de ruta necesita del compromiso de los grupos armados desestabilizadores y Annan ha reconocido que su misión implica «lograr compromisos similares de la oposición y todos los elementos pertinentes para poner fin a los combates».
Otros tres puntos del plan que deben ser aceptados por la oposición violenta para estos ser cumplidos por el gobierno se refieren a la detención del movimiento de tropas hacia centros urbanos, el no uso de armas pesadas y el retiro de las concentraciones militares.