Autor: Rafael Molinos
Economía solidaria crea más ganancias locales y puestos de trabajo que las transnacionales
En estos días de celebraciones del día mundial de la propiedad intelectual, varias han sido las propagandas lanzadas desde las cámaras de comercio de los Estados Unidos AmCham, las transnacionales y las oficinas de derechos de autor, marcas y patentes de varios países.
La más llamativa es la divulgada en España, país que ha entrado en una debacle económica y social pocas veces vista en las últimas décadas luego de ser sometida a políticas neoliberales que la están transformando en una sociedad al borde del estallido social en pleno huracán de ajustes y recortes presupuestarios inoculados por los poderes globales y sus representantes nacionales en el gobierno.
Con un escalofriante cifra de 5.600.000 personas sin trabajo la noticia dice que: “España podría crear 2.244 nuevos empleos, generar 2.923 millones de dólares (2.039 millones de euros) adicionales para PIB del país y 538 millones de dólares (375 millones de euros) en impuestos para el año 2013 si recortara en diez puntos la actual tasa del 42% de piratería de software durante los próximos cuatro años, según el último estudio de BSA (Business Software Alliance) y la consultora IDC citado por Microsoft”.
Por supuesto, todo esto es falso en España y en cualquier lugar del mundo: las ganancias de las multinacionales de Estados Unidos aumentarían y la remisión de utilidades hacia ese país sería el destino de las ganancias supuestamente obtenidas de reducirse la “piratería”.
Por el contrario, el mercado informal generado alrededor de los productos que se comercializan sin la autorización del propietario de los derechos patrimoniales ayuda a generar fuentes de ingresos a las familias españolas, pues lo obtenido por estas ventas se invierten directamente en la economía local, creando un aumento de empleos superiores a los creados por las transnacionales estadounidenses y sus empresas asociadas.
En Latinoamérica, cuya economía crece a tasas chinas, la piratería alcanza niveles superiores (70%) al de España y se ha convertido en impulsora de micro emprendimientos y fuente de ingresos para millones de personas.
El comercio de productos similares a los de supuestas afamadas marcas es una nueva opción ocultada por los grandes medios de comunicación, las corporaciones del entretenimiento o la industria textil, quienes desatan campañas de estigmatización y criminalización de la economía informal y solidaria, nueva panacea para las crecientes sociedades latinoamericanas y un ejemplo a seguir por los pueblos europeos a quienes el capitalismo les ha declarado la guerra.