En Rumania, el segundo país más pobre de la Unión Europea (UE), el gobierno aumentó impuestos en un 24% y recortó los salarios de los empleados públicos en un 25%.
Miles de personas protestaron en los últimos meses en Rumania para exigir al gobierno que abandone el paquete de medidas neoliberales exigido por el Fondo Monterario Internacional (FMI), la Unión Europea (UE) y el Banco Mundial (BM).
El presidente Traian Basescu, aliado de Ungureanu, deberá nomimar ahora un nuevo gobierno que cuente con la aprobación parlamentaria.
Esto podría ser complicado dada la atomización de las fuerzas en el Legislativo, y analistas dicen que podrían pasar meses hasta que se forme el nuevo gobierno.
La votación se llevó a cabo en una atmósfera claramente tensa, y tras la caída del gobierno pudo verse a ministros que se tapaban el rostro con sus manos en señal de profunda desazón.
Dos semanas de protestas contra los recortes sociales en enero pasado derribaron un mes después el anterior gobierno del ex premier Emil Boc, del Partido Demócrata Liberal, que estuvo en el poder cuatro años y fue el que acordó las medidas a implementar con el FMI.