Autor: Agencias- Aporrea.org
Madrid, abril 22 – El Día de la Tierra se celebra hoy en todo el mundo para reclamar una mayor atención sobre la crisis ambiental y aunque 42 años después de su primera edición la conciencia de la ciudadanía acerca del tema ha aumentado, aún quedan retos.
Quienes siguen la convocatoria, que nació en Estados Unidos, reconocen que por ser de seguimiento popular y espontáneo la celebración carece de agenda oficial.
Los científicos también advierten del riesgo de un cambio climático irreversible si no se reducen las emisiones globales de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono.
La red que coordina internacionalmente esta celebración, «Earth Day Network», integrada por 22.000 organizaciones de 192 países, estima que más de 1.000 millones de personas participarán este año en alguna de las acciones de la nueva convocatoria.
En 1972 se celebró la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente: la Conferencia de Estocolmo, cuyo objetivo fue sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales y que se instituyeran las políticas necesarias para erradicarlos.
La Organización de las Naciones Unidas celebra el día de la Tierra cada año en el equinoccio de invierno, cerca del 21 de marzo.
A propósito de esta conmemoración el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a la comunidad internacional honrar a la Tierra apostando por un cambio real en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, que se celebrará en Brasil el próximo junio.
«La Madre Tierra nos pertenece a todos y Río+20 es una oportunidad única que todos tenemos que aprovechar», aseguró Ban en un mensaje distribuido por su oficina con motivo del Día de la Tierra.
El máximo responsable de la ONU aseguró que la conmemoración de este domingo debe ser motivo «para honrar nuestro único planeta» pero también «una llamada de acción contra la falta de respeto humano por los recursos y ecosistemas de la naturaleza».
Según el secretario general, «en los próximos veinte años, el mundo necesitará al menos un 50 por ciento más de alimentos, un 45 por ciento más de energía, un 30 por ciento más de agua y muchos millones más de nuevos puestos de trabajo».