
Según Bortolussi, Europa ha vivido sumergida en una crisis económica durante cuatro años, y el 2011, se considera como el peor para Italia, puesto que muchas empresas italianas se declararon en quiebra y tanto empleadores como empleados perdieron su dinero y trabajos.
“Las tres razones más importantes de las quiebras son la limitación del financiamiento de parte de los institutos financieros, el retraso en los pagos y la disminución drástica de las demandas por parte de los consumidores”, aclaró el secretario de Mestre.
Bortolussi, apuntando que un tercio de las quiebras, unas 3.600 empresas, han surgido por el retraso en los pagos, asevera que la mayoría de estas quiebras se considera como derrotas personales, e incluso ha provocado en el suicidio de los directores.
Italia, con un Gobierno neoliberal que no ha sido elegido en las urnas, está imponiendo un paquete de recortes sociales que han desencadenado disturbios en las calles y protestas masivas.