
En el pasado, según el «New York Times», la mayoría de los clientes eran hombres de mediana edad. Pero el nuevo supuesto «boom», según los expertos a los que ha consultado, se alimenta en gran parte del deseo de los jóvenes. «Muchos de ellos viajan en paquetes para el fin de semana, aprovechando los viajes baratos» desde distintos puntos de Europa. «Los jóvenes solían ir de discotecas», dice al diario Francina Vila i Valls, concejal en el Ayuntamiento Barcelona. «Pero ahora van a los burdeles. Es solo otra forma de entretenimiento para ellos».
Reunión en el burdel
La periodista que firma el artículo afirma que miles de mujeres se ven obligadas a trabajar -a menudo por un salario muy bajo debido a la crisis económica- en distintos ambientes, desde clubes de lujo y apartamentos privados a complejos industriales y carreteras solitarias. Para el periódico, la causa del «boom» va desde las leyes de inmigración -«poco rigurosas hasta 2010»- hasta la creciente demanda de servicios sexuales de jóvenes turistas, aunque también hay un «mercado local». Alude a un informe de 2009 de Naciones Unidas, que dice que el 39% de los hombres españoles reconocían haber visitado a una prostituta al menos una vez. «Aquí está ampliamente aceptado que las reuniones de negocios terminen en una cena y una visita a un burdel», continúa el reportaje. Así ven España.