
Los datos fueron aportados por el Ministerio de Defensa británico que hasta hace poco mostraba su orgullo por las brigadas caninas, que fueron galardonadas con medallas por salvar vidas humanas.
Normalmente los perros rastreadores que terminan su servicio en el ejército «se jubilan junto con sus entrenadores y pasan a vivir con sus familias. Sin embargo, los perros entrenados para vigilar las bases no pueden ser buenas mascotas, aun cuando siguen siendo animales sanos.
Según una portavoz del Ministerio de Defensa, los perros militares son reentrenados para adaptarse a una vida civil, pero esto no siempre ayuda. «Los perros que trabajan para el ejército juegan un papel inapreciable en Afganistán y son muy queridos por las tropas».
Según la portavoz, «el creciente número de perros sacrificados refleja la creciente cantidad de perros que ayudan proteger nuestros soldados en la primera línea”.
