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La cuarta cumbre de los países que conforman el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se llevó a cabo los días 28 y 29 del mes pasado. La cumbre finalizó con la firma de una declaración conjunta de los participantes, que resume la cooperación entre los estados miembros del BRICS y avizora el prospecto para una mayor colaboración. China, gracias al veloz crecimiento de su economía es aludida con frecuencia como el “líder informal” de los BRICS y esta vez recuperó su status de “mejor entre iguales.”
En entrevista por escrito con los medios de comunicación de masas de los BRICS, entre los que figuraba Rossiyskaya Gazeta, publicada el 28 de marzo pasado, el presidente chino, Hu Jintao elogió la colaboración entre los países que conforman el grupo, señalando que se trata de una prioridad dentro de la política exterior de China. Hace un par de años, el destacado analista político chino Jiang Jiemian, hasta sugirió que Beiying debería confiar principalmente en sus socios del BRICS más que en todos los países en desarrollo en general. En esta entrevista el Sr. Jintao puso énfasis en la necesidad de aumentar la cooperación dentro de los BRICS en las áreas de mayor importancia y buscar nuevos ámbitos de asociación.
Se trata de un enfoque al cual Beiying se ha venido adhiriendo últimamente. Cuando China presidió la cumbre del 2011, sostuvo reuniones con los ministros de agricultura, con expertos en cooperación científica y ministros de salud.
Al dirigirse a la cumbre, el Sr. Hu apeló al activo apoyo a la cooperación entre los cinco países a nombre del grupo y del mundo entero.
La verdad es que China ha sido muy consecuente en hacer que esta idea se haga realidad. Los resultados del intercambio comercial entre China y sus socios del BRICS, la han convertido en el socio comercial principal de los países del grupo. El servicio informativo Estadísticas Aduanales de China señala que durante el año 2011 el intercambio comercial con los países del BRICS se situó en 282,2 mil millones de dólares: con Brasil fueron 84,2 mil millones, con Rusia fueron 79,2 mil millones, con la India fueron 73,9 mil millones y con Sudáfrica fueron 45,4 mil millones de dólares.
Aunque estas cantidades están todavía lejos de las típicas cifras de China con sus principales socios comerciales, es decir, Estados Unidos, Japón, Corea y Alemania, los resultados con los países del BRICS son muy buenos si se les compara con el total del crecimiento comercial de China. En el año 2011 el comercio exterior de China con sus socios como Brasil, Rusia y Sudáfrica, creció un total de 22,5 por ciento con un aumento del 34,5 – 42,7 y 76,6 por ciento respectivamente.
La cooperación inversionista china con sus socios del BRICS también se encuentra en alza a pesar de algunos obstáculos que todavía persisten.
En el año 2010 Rusia recibió 567 millones de dólares en inversiones chinas, mientras que China invirtió 487 en Brasil y 411 millones en Sudáfrica. Se trata de un hecho muy conocido que China es uno de los importadores más importantes de combustibles y minerales desde sus socios del BRICS, incluyendo mineral de hierro de la India y Brasil y petróleo de Rusia. De tal manera que el acuerdo alcanzado en Delhi sobre el desarrollo de los vínculos en la cooperación energética y una política de seguridad energética sirve los intereses tanto de China como de sus socios en el grupo.
Los bancos de desarrollo de los países del BRICS firmaron un acuerdo que apunta a aumentar el comercio entre los estados miembros, ofreciendo créditos en sus respectivas divisas nacionales y de este modo reducir la demanda de divisas totalmente convertibles para cubrir las transacciones entre este grupo de naciones.
Esto quiere decir que las naciones del BRICS han confirmado su disposición de expandir el rol de su agrupación de economías emergentes en el ámbito financiero local. El texto completo de la declaración de Delhi está enfocado en este mismo acuerdo. Su mensaje podría interpretarse de la siguiente manera: la recuperación macroeconómica depende no solo de las economías desarrolladas, sino también de los países en desarrollo, como también como su cooperación con las economías más fuertes.
Hasta podríamos decir que la Cumbre de los BRICS en Delhi marcó un paso adelante hacia la internacionalización del yuan. Este problema ha sido ampliamente debatido en la política china e internacional y en los medios especializados de economía. En Occidente han introducido una nueva expresión para referirse al yuan, el dólar rojo. Mientras tanto uno debiera tener presente que la internacionalización del yuan tomará más tiempo y un mayor esfuerzo. A comienzos del año 2010 el dólar norteamericano y el euro cubrían respectivamente el 65 y el 25 por ciento de las reservas mundiales de comercio internacional. La libra esterlina inglesa y el yen japonés alcanzaron aproximadamente un 3,5 por ciento cada uno. El Fondo Monetario Internacional, FMI y el Centro Chino de Investigaciones para el Desarrollo, CCHID del Consejo de Estado han publicado recientemente un informe titulado China: 2030 Construcción de una Moderna, Armoniosa y Creadora Sociedad de Altos Ingresos, el cual predice que el yuan chino se convertirá en una divisa internacional después del 2025 y que cubrirá el 12 por ciento de las reservas mundiales para el intercambio comercial alrededor del año 2035.
También existen otros aspectos de la declaración de Delhi que pudieron haber sido iniciados por Beiying. Una sección que trata de la “economía verde” merece especial atención. Los autores de la declaración insisten en que la implementación de este tipo de economía no debería ser un fin en si misma.
“Nosotros –dicen los líderes del BRICS—no aprobamos ninguna traba a la cooperación comercial bajo el pretexto de atenerse a los principios de una economía verde.” En otras palabras, los miembros del BRICS de manera unánime, han rechazado el esquema de la Unión Europea de gravar a las líneas aéreas según sus emisiones de gas carbónico. Como sabemos, China ha rechazado de plano el pago a la Unión Europea de un impuesto al gas carbónico.
Aparte de los problemas económicos globales más importantes, la Cumbre de los BRICS manifestó unidad en torno a los problemas políticos internacionales más acuciantes. La aprobación de parte de Moscú y Beiying del plan de paz de Kofi Annan para Siria los acercó a otras agrupaciones de naciones durante las conversaciones sobre la crisis siria. La declaración de Delhi plantea un proceso político inclusivo y un diálogo nacional amplio en Siria.
Irán también estuvo en la agenda de la Cumbre de Delhi. La declaración insiste sobre una solución pacífica del problema agregando que Irán mismo puede contribuir al acuerdo.
En su intervención del 28 de marzo el Ministro de Comercio chino, Chen Deming, confirmó la posición independiente de su país respecto del problema iraní. Señaló que junto con honrar todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, China mantendría todos los vínculos comerciales con otros países, incluyendo a Irán.
“Nosotros (las naciones miembros del BRICS) no estamos obligados a acatar ninguna ley nacional contra Irán”, dijo Deming, comentando sobre las sanciones propuestas por Estados Unidos y la Unión Europea contra los países que adquieran petróleo en Irán. No obstante, una urgente visita realizada por el Primer Ministro chino, Wen Jiabao a los países del Golfo en el mes de enero, demuestra que China, que adquirió 25 millones de toneladas de petróleo el año 2010, todavía considera rutas alternativas.
La Cuarta Cumbre de los BRICS ha llegado a su fin y pareciera que su desenlace tendrá un impacto significativo en la economía y la política global.
*Vladimir Portyakov es Doctor en Economía, Profesor y Vicerrector del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia.
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