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5 de abril de 2012.- Durante la reinauguración del aeropuerto de Bariloche, donde anunció que concurrirá para el Tedéum del 25 de Mayo, la presidenta Cristina Kirchner reprobó «el acto de vandalismo» cometido por militantes de la agrupación Quebracho contra la embajada de Inglaterra, durante el aniversarios de los 30 años de la Guerra de Malvinas. «Llama la atención que durante un Gobierno de tanto avance sobre las corporaciones y en materia de derechos humanos surjan estos grupos tan violentos, que en lugar de servir a la Argentina parecen servir a los intereses contrarios».

«No creo en la quema de ninguna bandera para demostrar que se es más argentino; la bandera que debe flamear en lo alto es la bandera argentina», apuntó Cristina al repudiar los actos «ante la embajada británica o ante cualquier otra embajada», y dijo que «aunque se vistan con ropajes de revolucionarios quienes los protagonizan no representan a la política».

 

«Es muy curioso que sucedan estos actos de vandalismo que deben ser juzgados en una etapa de democracia plena; es muy curioso porque parece que hubiera un titiritero detrás de esto que mueve los hilos y que en lugar de defender nuestros intereses favorecen a los intereses contrarios», denunció la mandataria.

En ese tono, recordó los sucesivos acampes sobre la 9 de Julio, por reclamo en los planes sociales, sostuvo que son «verdaderos actos antipopulares» y pidió «evaluar cuáles son los intereses que se mueven detrás de esas provocaciones».

Por último, solicitó a los jueces que «no peguen cachetazos», en referencia a los dichos del titular del juzgado de Garantías de La Plata, César Melazo, sobre los incidentes producidos frente a la embajada británica, sino que «agarren el Código Penal, identifiquen a los responsables y los juzguen de acuerdo a la Constitución».

Gran Bretaña no detiene su plan de militarización

La embarcación partió desde el puerto de Portsmouth, en el sur de Inglaterra, hacia el archipiélago sur y, de acuerdo a lo que informó el Ministerio de Defensa británico, efectuará un «despliegue de rutina» de seis meses en el Atlántico Sur, pasando primero por el oeste y el sur de África.

Será el primer despliegue operativo para el «HMS Dauntless» que entró en servicio en noviembre de 2010 y reemplazará a la fragata «HMS Montrose», que patrulló la zona del Atlántico Sur en los últimos meses. El buque está equipado con un avanzado sistema de navegación que hace difícil que pueda ser detectado por radar. Además, puede transportar a unos 60 efectivos militares y cuenta con una cubierta para operar con helicópteros.

Argentina denunció en febrero ante la ONU el envío de este barco y del príncipe Guillermo para una misión en las islas –tarea que ya finalizó– como parte la «militarización» del conflicto por parte del Reino Unido.

Las tensiones entre Argentina y el Reino Unido se agudizaron desde que los países de Unasur decidieron en diciembre prohibir el ingreso a sus puertos de buques con bandera del archipiélago, bajo dominación británica desde 1833. La medida fue adoptada por los países de la región para respaldar el pedido de Argentina de que Gran Bretaña respete las resoluciones de la ONU, que indican que ambos países deben abrir una instancia de diálogo para resolver el conflicto por la soberanía de las islas.