Autor: Mariano González

 

No son pocos los analistas políticos que ven un tanto alicaídas a las organizaciones sociales asimiladas al kirchnerismo a partir del año 2003.

 

Los dos primeros mandatos del gobierno Kirchner los vió como actores fundamentales donde el gobierno del presidente Néstor Kirchner y Cristina Fernández pudieron emplear para contrarrestar la arremetida de la derecha en los sucesos desestabilizadores producidos por los sectores del campo.

 

El Movimiento Evita, el Frente Transversal, Libres del Sur, Federación Tierra y Vivienda han tenido diversa suerte en el desarrollo del proceso político transitado por el gobierno en los últimos 9 años. La creación y multiplicación del nuevo actor político kirchnerista “La Cámpora”, agrupación creada por Néstor Kirchner y liderada por su hijo máximo, eclipsaron a las organizaciones sociales que ven centrifugada su militancia hacia la agrupación juvenil del gobierno.

 

Los monopolios mediáticos representados por los diarios Clarín y La Nación saben de esta realidad y han elegido a los líderes de La Cámpora como blanco político para socavar la actual base de sustentación que alcanzó una masa crítica suficiente como para ocupar las calles y sostener el proyecto nacional luego del arrasador triunfo electoral del 54%.

 

EL futuro de las organizaciones sociales dependerá de en gran medida de la decisión de la presidenta quien no desea la fragmentación de los espacios políticos kirchneristas en varios grupos personalistas, de poca utilidad social.