Un estudio reciente reveló que más de 6 millones de estadounideses han emigrado para encontrar un trabajo acorde al nivel de sus estudios.
Un futuro estable, esa era la idea de Mónica Valencia, graduada en Economía Empresarial, cuando emigró a EE. UU. Esta colombiana buscaba como muchos el ‘sueño americano’: un crecimiento profesional que finalmente la llevaría a su anhelado cargo de ejecutiva. Pero la realidad resultó ser muy distinta.
La joven ha pasado a ser parte del creciente número de estudiantes o profesionales que emigraron al país de las grandes oportunidades pero sus aspiraciones han quedado truncas por la crisis económica.
Una investigación realizada en 135 naciones por la consultora Gallup reveló que existe un verdadero éxodo de jóvenes de entre 25 y 34 años que residían en EE. UU. pero emigraron en busca de trabajo.
Una estadística del Departamento de Estado también muestra que la falta de empleos ha hecho que 6 millones de personas, que se habían establecido en la nación norteamericana, ahora residan en otras partes del mundo.
Sin ir más lejos, la firma de inversiones Goldman Sachs cerró sus operaciones en varias localidades del estado de Nueva York para crear mil nuevos empleos en Singapur.
La lista de naciones que reciben el éxodo del fallido ‘sueño americano’ es muy larga. Las grandes empresas se van al extranjero para encontrar los incentivos fiscales que ya no pueden tener en EE. UU. llevándose consigo a buena parte de su personal cualificado. Un círculo vicioso que cada vez abarca más sectores.
El temor a formar parte de los 13 millones de desempleados que desesperadamente buscan cualquier trabajo incita a muchos profesionistas a cambiar radicalmente sus vidas. Aquellos que en masa viajaron a EE. UU. como las mariposas en busca del sol, ahora ‘vuelan’ hacia otros horizontes con todos sus sueños a cuestas.