
En este último se vienen desarrollando mesas de denuncias de gran aceptación popular, ya que los usuarios están siendo afectados sistemáticamente por las cancelaciones, retrasos y accidentes, producto de la falta de inversión y el vaciamiento. La gula insaciable de estos empresarios ha salido a la luz pública en casos como las compras escandalosas de locomotoras a España y Francia, donde el Estado habría pagado cifras millonarias por material de descarte -que se ve reflejado a la hora de viajar.
La exhibición de TBA es otra farsa más: los trenes de Tecnópolis son una maqueta para la foto, una postal de la casa pintada y decorada, que trata de ocultar el colapso ferroviario en el patio de atrás.