
El mandatario insistió en su propuesta de que se apliquen sanciones a Inglaterra por haber incumplido decenas de resoluciones de Naciones Unidas encaminadas a buscar una salida negociada al conflicto.
«Los problemas de Argentina son los nuestros», dijo Correa en apoyo a su homóloga Cristina Fernández, e insistió en que el de las Malvinas es «el rezago más brutal, más descarado, más crudo de colonialismo en nuestra América», comentó a la una reseña de la agencia EFE.
«¿Cómo podemos aceptar estas cosas?», se preguntó el Jefe de Estado ecuatoriano, tras reiterar que «es gravísimo lo que está pasando» por la aparente «militarización» en la zona. Eso es «inaceptable y tenemos que reaccionar todos juntos», agregó Correa, que volvió a preguntarse: «¿Qué hubiera pasado si Ecuador (por ejemplo) hubiese desobedecido una, no cuarenta, una resolución de las Naciones Unidas?».
«¿Acaso ya no nos hubieran bombardeado, bloqueado, invadido en nombre del derecho internacional? Aquí hay una doble moral», continuó diciendo el gobernante que, al parafrasear al filósofo griego Trasímaco, dijo que, a su parecer, «la justicia no es otra cosa sino la conveniencia de los más fuertes. Esa sentencia sigue siendo una lacerante verdad, sobre todo a nivel de las relaciones internacionales».
«Queremos mucho al pueblo de Gran Bretaña, pero no podemos aceptar esta doble moral», enfatizó y dijo que América Latina, en la actualidad, «vive un momento de liberación, de dignidad y de soberanía».
El Gobierno argentino ha logrado aglutinar a los países latinoamericanos en su reclamación de un diálogo con el Reino Unido sobre el tema de la soberanía de los archipiélagos del Atlántico Sur, que están bajo dominio británico desde 1833.
El 2 de abril de 1982 tropas argentinas tomaron las Malvinas, lo que hizo estallar una guerra no declarada que dejó unos 900 muertos y terminó con la rendición de Argentina en junio de ese año.
