
Lula recibió el alta hospitalaria y continuará con su proceso de recuperación en su residencia, en Sao Bernardo do Campo, en Sao Paulo (este).
Allí recibirá asistencia fonoaudiológica y de fisioterapia. En un periodo de entre cuatro y seis semanas deberá practicarse una evaluación oncológica, a fin de determinar el avance del tratamiento y la desaparición del tumor.
«Desde el punto de vista tomográfico, no se ve más el tumor», afirmó Katz y destacó que el diagnóstico de cura completa sólo puede ser confirmado con una endoscopía al terminar la radioterapia.
El equipo médico del expresidente le recomendó permanecer de reposo este fin de semana y no participar en los desfiles de Carnaval, a los que fue invitado por la escuela de samba Gavioes da Fiel, adscrita al club de fútbol Corinthians, del cual el exmandatario es fanático declarado.
La escuela dedicó este año su tema musical a la vida de Lula y esperaban que él estuviera en la carroza principal durante el desfile por el Sambódromo do Anhembi.
El fin de semana pasado, Lula fue internado al presentar fatiga, falta de apetito y deshidratación. Pruebas practicadas revelaron inflamación de la mucosa de la laringe y esófago, producto del tratamiento.
El expresidente finalizó en diciembre pasado las sesiones de quimioterapia, y entonces sus médicos afirmaron que el tumor canceroso se redujo en un 75 por ciento, descartando la opción quirúrgica.
El 29 de octubre de 2011, cuando el Lula da Silva pasó por exámenes de rutina al presentar dolores en la garganta y una ronquera superior a la que lo caracteriza, los médicos detectaron un tumor en la laringe de unos tres centímetros de diámetro y nivel medio de agresividad.
El equipo médico optó por un tratamiento radio-quimioterapéutico, iniciado el 31 de octubre pasado con la primera de las tres sesiones de quimioterapia, que serían seguidas por otras en noviembre y diciembre.
El 4 de enero pasado, el exmandatario comenzó la última fase del tratamiento, consistente en sesiones diarias de radioterapia de lunes a viernes.
La cura total del expresidente sólo podrá saberse en cinco años.
Lula abandonó el hospital acompañado de su esposa, Marisa Leticia. El presidente del Instituto Lula, Paulo Okamotto, señaló a la prensa que el exmandatario «está excelente» y va a pasar el Carnaval en casa «viéndolo por televisión, viendo la escuela Gavioes da Fiel desfilar y apoyándola».