Autora: Cristina P. Rodrigues

La derecha está mostrando que prescinde de la democracia. Quien no puede prescindir de la democracia es la izquierda.

La  mesa no tenía mujeres. Eran ocho personas, ninguna era mujer. Los siete primeros hombres hablaron y parece que no percibieron la distorsión de una de las actividades que más convocó gente en el Foro Social Temático, que llenó el teatro  Dante Barone en la Asamblea Legislativa, el viernes 27 a la tarde.
El octavo de los hombre para discutir  “el sentido de la democracia” parecia el más sensible y el mas preocupado. Boaventura de Sousa Santos solo comenzó su ponencia después de reclamar por la falta de presencia femenina en la mesa mientras que tantas mujeres se encontraban presentes en la platea. Pero no fue solo por eso por lo que fue, al  final, aplaudido de pie.

“La lucha democrática tiene que ser anticapitalista.” Comenzó así la conferencia el sociólogo portugués. La  democracia era el tema de encuentro de aquellos ocho hombres, y Boaventura no dejó de mencionar su ausencia o la amenaza de que deje de existir. Pasamos por un momento en que, según él, uno de los mayores países capitalistas,  China, pasa de la democracia y el otro gran bloque tiene la democracia suspendida.  La Unión Europea, “la cuna de la democracia y que intentó enseñar al mundo durante cinco siglos los valores de la civilización”, tiene ahora sus instituciones democráticas suspendidas y vive una crisis que es económica y política.

“La presidenta dice que Brasil ya tuvo neoliberalismo, y que ahora los brasileros no van a dejar que el neoliberalismo entre nuevamente. Que Dios la oiga.” Boaventura fue tan enfático porque “el neoliberalismo consiguió vaciar la democracia de su vertiente redistributiva, y por eso tenemos hoy democracias de baja y de bajísima intensidad”. El robo y la acumulación originaria primitiva llegaron a los salarios de los obreros europeos, dijo Boaventura, cerrando el debate de los motivos de la crisis e iniciando el de las alternativas.

La izquierda se olvidó de pensar
“Las instituciones democráticas ya no satisfacen las necesidades de los ciudadanos.” Alertó sobre las alternativas que se nos presentan (que pueden ser peores de lo que ya tenemos) ante la crisis de las instituciones, manifestó que “la democracia representativa dio la espalda a la gente”. No nos sorprende, por lo tanto, que el anarquismo sea la única tradición sobreviviente en los movimientos europeos. Para éste, izquierda y derecha “golpean de la misma forma” a los pueblos campesinos, indígenas y quilombolas1 en este continente.

Imposible evaluar alternativas al capitalismo -que coloca a la democracia en crisis- sin pasar por los movimientos de jóvenes que están tomando los espacios, especialmente en Europa. “La autodeterminación de los pueblos es lo único que nos puede defender de la locura de la globalización neoliberal. La sociedad civil nos responde en los únicos espacios no tomados por el  capitalismo financiero: las calles, las plazas. La presencia de los movimentos en las calles muestra que la democracia está en las calles en los estados antidemocráticos.” No faltó la crítica a la izquierda, en todo el mundo, que no piensa, no debate, ni progresa: “la gran maldición de la izquierda en el siglo XX fue transformar a los militantes en funcionarios.”

Tenemos que comenzar por la refundación de los partidos y por la democracia en los movimientos. Las cartas de los movimientos de la Puerta del Sol muestran esa preocupación por la horizontalidad, por la democracia. La izquierda tiene que pensar que la izquierda se olvidó de pensar”.

El fascismo amenaza la democracia
Y la democracia, para Boaventura, pasa por el respeto a las diferentes historias de los pueblos de Brasil y no solo por la reducción de la pobreza. Y, en ese camino, nos llama a repensar muchos de nuestros instrumentos en la politica. “Es posible que mañana tengamos que volver a las luchas ilegales”, al final es posible que el fascismo, que ya está instalado, substituya a la democracia en el próximo período. Las luchas pueden tener que ser llevadas a cabo “por dentro y por fuera del Estado, podrán ser constitucionales y no constitucionales”. Hablando exclusivamente de Brasil, en una crítica directa a la presidenta Dilma, dijo que “los movimientos sociales tal vez hoy se sientan menos escuchados por la Presidencia de la República de gente que luchó como ellos”.
Boaventura defendió la autodeterminación como otro modelo de desarrollo, que es parte de la lucha democrática. “Tenemos que habituarnos a pensar que nuestros objetos de consumo – tecnologia, ropas – tienen sangre. El trabajo esclavo es sangre. Hay un ciclo de producción que niega la vida, que destruye la vida. Y que nos obliga a pensar en otra pauta de derechos humanos, el derecho de la naturaleza, que puede dar una nueva forma de vida, de prosperidad, que puede no pasar por el crecimiento económico.”

Hubo también críticas al gobierno de Rio Grande do Sul, del amigo Tarso Genro, “uno de los hombres que mejor piensa la política en el continente latinoamericano”. El sociólogo ablandó el  ego del gobernador poco antes de afirmar que él precisaba hacer en el estado la reforma política que no consiguió que se aprobara cuando fue ministro de Justicia. Tarso había hablado antes que Boaventura y había mencionado justamente las dificultades que pasó, también criticando al gobierno petista del que formó parte.  Bien informado, el portugués mencionó la falta de comunicación existente entre las secretarías estatales que muchas veces no se comunican ni siquiera internamente.

La hora de las utopías realistas
La  lucha de los pueblos indígenas, quilombolas2 y campesinos es siempre tema de Boaventura, y esta vez no fue diferente. “No podemos tolerar que los indígenas mueran todos los dias al costado de las carreteras porque fueron expulsados de sus tierras. La reforma del Estado, la refundación de la democracia, de los partidos, de los movimientos, es nuestra única garantia de sustentabilidad de la democracia. La derecha está mostrando que prescinde de la democracia. Quien no puede prescindir de la democracia es la izquierda. Por lo tanto no podemos hablar de sentidos de la democracia (Tarso habló del sentido de las democracias griega, estadounidense, latinoamericana y brasilera). Tenemos que democratizar la democracia. Los pueblos tienen que tener sus formas de democracia respetadas. Los indígenas urbanos tenían dificuldad en adaptarse al Presupuesto  Participativo porque tenían su forma de decisión colectiva”. Una anécdota sirvió para justificar el argumento del sociólogo. Contó que, quando fue promulgada la constitución de Bolívia, en las primeras elecciones una comunidad votó 99% a favor de un candidato. La oposición entonces presentó una queja por fraude. Fueron a averiguar y descubrieron que se trataba de una comunidad indígena que pasó cuatro días consensuando a quien votar. “Lo que parecía un fraude electoral era una forma de democracia de alta intensidad que nos estaríamos perdiendo si no tenemos en cuenta esas formas de democracia alternativa.”

Boaventura terminó con una llamada al debate. Para que la izquierda piense y proponga alternativas. “Tenemos que pensar una nueva forma, que no es el capitalismo verde. Pueden decir que es una utopía, pero todas las utopías tienen una hora. Y esta es la hora de las utopías realistas.”

 

Notas

1 y 2 Los quilombolas son descendientes de esclavos que, en el siglo 19, huyeron de haciendas y de propiedades. En la floresta, los negros fugitivos encontraron refugio y construyeron una nueva vida. Desde aquella época, la floresta ha sido el soporte de la vida y de la liberdad de ese pueblo. Actualmente, los quilombolas viven en varios territorios étnicos en las márgenes de los ríos. Se organizan en comunidades cuyos integrantes están ligados por uma extensa red de parentesco que conecta todos los núcleos de la comunidad.


Traducción Diana Cordero
http://somosandando.wordpress.com/2012/01/30/boaventura-de-sousa-santos-e-possivel-que-amanha-tenhamos-que-voltar-as-lutas-ilegais/